Los médicos alertan
de las secuelas de la Covid-19
Josep Corbella
© Image LaVanguardia.com Pabellón Olímpics
Decenas de miles de
personas que han pasado la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 en
España se están encontrando con que la enfermedad les ha dejado secuelas que
les afectan en su vida diaria. Las más comunes, que probablemente serán
transitorias, son una gran fatiga y la intolerancia al esfuerzo.
Menos frecuentes pero más graves, y que en algunos casos pueden dejar secuelas
a largo plazo, son las complicaciones respiratorias, cardiovasculares
y neurológicas. Médicos que han atendido a personas con Covid-19
advierten que se trata de un problema emergente de salud pública y que
aumentará a medida que más personas hayan pasado la infección. Abogan por hacer
un seguimiento de estos pacientes para conocer mejor qué secuelas deja la
Covid-19 en el organismo y para poder ofrecer tratamientos adecuados a este
colectivo. Se trata de un problema emergente de salud pública y que aumentará a
medida que más personas hayan pasado la infección Alertan también contra la
percepción de la Covid-19 como una infección respiratoria transitoria y contra
la expectativa de que, una vez recibida el alta, los afectados vuelvan a estar
de manera inmediata en plenitud de condiciones.
Aunque en muchos
afectados la infección no progresa más allá del aparato respiratorio, en muchos
otros “es una enfermedad sistémica, que afecta a todo el cuerpo”,
declara Sara Laxe, jefa del servicio de rehabilitación del hospital Clínic. No
hay datos por ahora para saber qué porcentaje de personas afectadas por el
coronavirus pueden sufrir secuelas una vez pasada la infección respiratoria.
“Posiblemente no sea un problema mayoritario, pero no es infrecuente”, señala
Joaquim Gea Guiral, jefe del servicio de neumología del hospital del Mar.
Incluso después de sufrir cuadros leves de Covid-19, “tenemos testimonios de
mucha gente que nos dice: ‘Tengo sensación de ahogo, tengo cansancio en las
piernas en cuanto me levanto”. Los problemas que más persisten son la sensación
de ahogo, la debilidad muscular y una gran fatiga. Según Gea Guiral, que ha
iniciado un estudio en colaboración con los Institutos Nacionales de la Salud
de EE.UU. y la Universitat Pompeu Fabra para investigar el problema, “las
secuelas post-Covid-19 son un problema diferente a todo lo que conocemos hasta
ahora. Parecen ser una enfermedad nueva”. Abundan los testimonios de personas a
las que, sin haber tenido complicaciones graves durante la Covid-19, les cuesta
recuperarse en las semanas –y posiblemente meses– siguientes. En el hospital Clínic,
“tenemos compañeros que han pasado la enfermedad y se ahogan al mínimo
esfuerzo”, observa Joan Albert Barberà, jefe del servicio de neumología del
hospital. “Las secuelas post-Covid-19 son un problema diferente a todo lo que
conocemos hasta ahora. Parecen ser una enfermedad nueva” En una carta publicada
en la web del British Medical Journal , el infectólogo Paul Garner ha
explicado cómo, sin haber necesitado que le hospitalizaran en ningún momento,
“durante siete semanas he pasado por una montaña rusa de mala salud, emociones
extremas y fatiga absoluta”. Garner había supuesto que “años de correr y de
actividad física militar me protegerían”. Pero la enfermedad “ha sido como un
calendario de Adviento, cada día había una sorpresa, algo nuevo. Cabeza espesa,
dolor agudo en una pierna, estómago alterado, acúfenos, sensación de agujas,
dolor en todo el cuerpo, falta de aliento, mareo, artritis en las manos,
sensación rara en la piel… Caminar lo empeoraba, me sentía absolutamente
horrible al día siguiente”. Y eso sin tener una forma grave de Covid-19. Los
peores comentarios, explica Garner, fueron los de colegas que restaban
importancia a sus síntomas. El objetivo de su carta “es transmitir este
mensaje: para algunas personas, la enfermedad continúa durante unas semanas.
Los síntomas van y vienen. La fatiga es severa, real y parte de la enfermedad”.
Los casos de los pacientes que han sido ingresados se están empezando a
estudiar de manera más sistemática. En el área de Barcelona, hospitales como
los de Vall d’Hebron, Clínic, el Mar o Bellvitge –entre otros– han puesto en
marcha programas de seguimiento de estos pacientes una vez reciben el alta. En
las personas que han estado en las UCI, “vemos casos en que la afectación
pulmonar ha dejado secuelas”, informa Jaume Ferrer, jefe del servicio de
neumología de Vall d’Hebron. “Pero aún no sabemos cuál es el alcance de estas
secuelas, aún hay muy pocos estudios sobre los efectos de la Covid-19 en el
tejido pulmonar”. Algunas alteraciones respiratorias, cardiacas o neurológicas
podrían volverse crónicas. Hay preocupación porque la Covid-19 pueda causar
daños permanentes en los pulmones y algunos afectados sufran insuficiencia
respiratoria crónica, informa Joan Albert Barberà, del hospital Clínic.
“Aunque se dé en un porcentaje pequeño de pacientes, el número absoluto de
afectados puede ser grande”. Preocupan asimismo los daños que la Covid-19 pueda
causar en el corazón, tanto por los efectos directos del virus sobre el músculo
cardiaco como porque la infección aumenta la formación de coágulos en la
sangre. Así, la Covid-19 aumenta tanto el riesgo de miocarditis –o inflamación
del músculo cardiaco– como de infartos de miocardio. También se ha observado
entre los pacientes que salen de la UCI “muchísima atrofia muscular que llama
la atención” porque va más allá de la que sería esperable por la
hospitalización, señala Sara Laxe, del Clínic. Se ha planteado la hipótesis de
que esta atrofia podría deberse a los efectos del coronavirus sobre los nervios
que controlan los músculos, o bien a sus efectos directos sobre el tejido
muscular.
Entre los pacientes
que salen de la UCI se observa “muchísima atrofia muscular que llama la
atención” porque va más allá de la que sería esperable La afinidad del virus por el tejido nervioso
también podría explicar que haya “trastornos cognitivos que van más allá de los
característicos de la UCI”, explica Laxe, que es especialista en este tipo de
trastornos después de haber trabajado catorce años en el Institut Guttmann.
“Hemos visto a muchos pacientes que parecen estar bien cuando los trasladamos a
planta pero, en cuanto hacemos exploraciones más profundas, vemos que están
apáticos o que tienen disfunciones ejecutivas. Si son personas que tienen una
demanda intelectual importante en su trabajo, esto les puede afectar mucho”. Con
todo, las quejas más comunes son “la sensación de falta de aire y una fatiga
que no acaba de marcharse. Nos dicen: ‘Me sigo cansando mucho, no puedo ni
subir escaleras y ya han pasado dos meses’”, explica Judith Sánchez Raya, jefa
del servicio de medicina física y rehabilitación de Vall d’Hebron, el hospital
que más casos de Covid-19 ha atendido en Catalunya. La afinidad del virus por
el tejido nervioso afecta a funciones cognitivas de algunos pacientes; no se
sabe si será reversible Vall d’Hebron ha acondicionado el pabellón Olímpics
como centro de rehabilitación para atender a pacientes que han superado la
Covid-19. El seguimiento de las más de 2.000 personas que han sido tratadas en
este hospital se ha iniciado con llamadas telefónicas a los afectados para
determinar quién necesita rehabilitación y quién no. En estos momentos ya son
un centenar las perso-nas que están siendo atendidas en el pabellón. El
hospital iniciará un estudio en breve para analizar cuánto dura la fatiga en
personas que han pasado la Covid-19 y si puede haber casos en que se cronifica.
“Hasta ahora nos hemos centrado en atender los problemas más agudos y
urgentes”, explica Sánchez Raya. “Ahora estamos empezando a ver las secuelas.
Nos falta perspectiva para saber si serán transitorias o permanentes. Es
posible que algunas secuelas sean para toda la vida”.