Le invito a visitar la nueva entrada ("Mujeres enmendando la plana") de mi blog económico titulado ECONOMÍA CON SENTIDO COMÚN, para el diario EL COMERCIO, decano de la prensa asturiana.
Esta asturiana se atreve a contradecir, en esta cuestión, a este ilustre asturiano universal, a la sazón, Premio Nobel de Medicina. No niego yo la importancia de las hormonas y esa combinación física-química que, por otro lado, también puede darse entre personas que no se aman.
Yo creo que el amor es cuestión de corazón y....suerte. Mucha suerte hay que tener para acertar en esto. Toda la suerte del mundo, para que aparezca la persona adecuada en tu vida (que puede no aparecer nunca) y suerte para ser correspondido/a por esa persona. Solemos desdeñar la suerte y afirmar que todo lo que tenemos nos lo hemos currado y nos lo merecemos. Hay cosas que sí, evidentemente, pero otras dependen del azar, empezando por el lugar y la familia en la que naces, que determina en buena medida la existencia. Afortunadamente muchas cosas dependen de nuestras decisiones y libre albedrío pero no podemos olvidar la existencia del azar, de la suerte. Es un tema recurrente en las películas de Woody Allen, que me gustan mucho. Y hormonas también, para el amor. Física y química. Claro está. No le quito toda la razón al sabio en su fórmula amorosa, pero la mía es otra, entre otra cosas porque yo no me enamoraría de alguien por el que no siento una fuerte atracción física, además de otras muchas cosas. A saber:
En esta columna del pasado sábado en EL COMERCIO, Felipe Benítez Reyes hace lo que se debe hacer en este momento: burlarse de los políticos. La verdad que está fenomenal el artículo. No obstante, que nos lo tomemos con humor y/o paciencia, no quiere decir que sea admisible y que se deba permitir. ¿Para cuándo una ley que impida volver a presentarse a los mismos que nos han demostrado sobradamente que no saben llegar a un acuerdo?
Si hubiera algún coste PERSONAL PARA ELLOS, no solo para los ciudadanos, que tragamos con este coste, la chulería de gallos de pelea que se gastan algunos y algunas, seguro que desaparecería. ¡¡Y la gente sale a la calle a protestar por chorradas y por esto no!! Es gravísimo.
En mi época "heavy metal" de migrañas, especialmente la pre-doctoral, cuando iba al neurólogo, este me recomendaba ser madre. Creí que me estaba tomando el pelo. Yo tenía una tesis y una oposición pendientes, dolores que me reventaban la cabeza y el buen señor me sugería que trajera churumbeles a este mundo porque estaba convencido de que mis migrañas tenían un origen hormonal. Y lo cierto es que acertó, pero solo lo pude comprobar años después, tras parir y amamantar hijos.
Y ahora, que tan mejorada estoy del asunto, tenemos este dolor de cabeza catalán permanentemente, con el pelotazo ahí en la cabeza.
La Lola, como dicen los catalanes que le ponen artículo a las personas, desde la dirección adjunta de La Vanguardia, nos cuenta esto. Menuda parrafada hija mía. Solía leer sus artículos cuando estaba en Barcelona, el pasado agosto.
Todo ello no me deja entender si, en verdad, esta señora piensa que no cumplir la ley tiene que tener sus consecuencias.
Voy a ver si omito yo el pago a Hacienda el próximo año, a ver si pasa algo.
¡¡Uuuuuuuuuuuuuy no puedo!! Qué pena. Soy funcionaria y me tienen pillada por la nómina. Y además, servidora no renuncia al encuentro anual con Hacienda, por una sencilla razón: porque me sale A DEVOLVER.
Últimamente, en los aniversarios de nuestra boda, a Lur y a mí nos da por contar divorcios.
Últimamente, en los aniversarios de nuestra boda, a Lur y a mí nos da por contar divorcios. Durante la cena sacamos una foto general de los invitados, y la usamos de mapa. Como nos casamos en una playa aquello se parece cada vez más a Omaha. A estas alturas el número de víctimas supera el de años de matrimonio. Por divorciarse se divorció hasta el juez, antes de que volviéramos de la luna de miel. Y no lo hizo en la boda probablemente por lo de la separación de poderes.
Mis padres, por ejemplo, contaban muertos. Pero a partir del cincuenta aniversario, solo supervivientes. Que supongo que serán dos. Eso acota muchísimo la conversación. El otro día, en una terraza de Ibiza, estuvieron una hora sin dirigirse la palabra. Lo que no impidió que comentaran por señas la fauna callejera, como el francotirador de Salvar al soldado Ryan desde el campanario: "Enemigo al Este, dos tanques Tiger, dos Panzers, infantería, más de cincuenta hombres". Como mucho, y por apurar la imagen del francotirador, mi padre murmura para sí cosas como: "Bendito el señor, mi roca, que adiestra mis manos para la guerra, y mis dedos para la batalla", y así va tirando décadas.
A mí y a Lur el recuento nos da esperanzas estadísticas. La última acaba de subir de seis de cada diez, a siete de cada diez, el número de matrimonios que acaban en divorcio. Lo mejor es que cuanto llegue a diez de cada diez la gente no hará ni caso, porque del amor, como del cerdo, se aprovecha todo, hasta los fracasos.
Siendo sinceros, a mí lo único que me recuerda que estoy casado es el traje de novia. El de novio no, porque lo tuve que tirar al día siguiente lleno de salsa de almejas, por algo que no me apetece explicar ahora. Pero el de Lur se me aparece de vez en cuando en un armario, o detrás de una puerta, como el fantasma del blanco roto. Durante un tiempo vivió con mi suegra, en una de esas casas en las que un día cupieron cuatro hijos, y de repente no cabe un vestido. O te lo llevas o lo tiro, le gritó, como implicada en un secuestro con rehenes.
El amor nace a veces en los bares, pero acaba siempre en los tribunales o en los altillos. Yo tengo que agradecerle a la salsa de almejas no ocupar espacio, ni haber ganado peso en todo este tiempo. No como mi padre, que cuando lo recicló para ir a otra boda, metió las manos en los bolsillos, cosa que no hacía desde 1962, y sacó un puñado de arroz con la felicidad del que encuentra un billete olvidado, y se abrazó a mi madre dispuestos a despilfarrarlo.
Es para mí un honor comunicar que he iniciado una nueva colaboración con el diario EL COMERCIO, decano de la prensa asturiana. En este caso serán unas intervenciones a través de CANAL 10 Televisión, la web de EL COMERCIO en su sección de Economía y el canal Youtube de EL COMERCIO, para tratar diversos temas económicos de interés para la sociedad, dentro de nuestra labor como profesores de academia de transferencia de conocimiento.
Realmente es todo un honor para mí y estoy muy agradecida por la confianza depositada en mí, por parte de la Dirección de EL COMERCIO, desde que iniciara mi andadura en diciembre de 2009, colaborando con artículos de opinión general y de economía.
Me parece preciosa. Es como meter una historia, una novela (corta) en una canción. La música puede hacer eso. Fagocitar la literatura. Al revés no. Con la literatura no se puede hacer música porque no suena y el papel tiene letras, palabras y no esos signos universales con los que nos comunicamos los músicos.
Me divierte esta entrevista. No me sorprenden las manos de Juan Manuel de Prada ya que me había fijado hace mucho en ellas. Tiene unos dedos larguísimos, de pianista (aunque si hubiese tocado de verdad serían más fuertes) y tiene una mano fina y delicada. Casi femenina. Es la prueba de algo que él comenta en muchas ocasiones: que no siempre estuvo pasado de peso. De hecho, que fue una sílfide, le escuché yo. Parece que lo lleva con amargura y resignación y esto me entristece, pero seguramente en un hombre con una constitución más fuerte y ruda por naturaleza no tendría esa mano, sino dedos fuertes y gruesos, que también tienen su interés, aunque no sea para tocar el piano.
Esta presentadora del libro me encanta. Es una vaga auténtica. Es capaz de presentar un libro sin haberlo leído, o por la mitad. Si vas a presentar un libro, lo mínimo es leerlo, releerlo, subrayarlo y preparar las preguntas al escritor. Ella no. Ella se relaja y deja que hable el escritor o escritora, lo cual, para quienes queremos escuchar al escritor es mucho mejor que tener un presentador pedante que quiere mostrar sus conocimientos sobre la obra, que también los hay.
Me cae genial, me parece simpatiquísima y agradable, le sobran pendientes y es una vaga estupenda.
Ayer tarde llevé a mis hijos a la peluquería, dado que tocaba arreglo de cabelleras tras el verano. No gasto ni un céntimo de euro en revistas del "cuore" (va contra mis principios) pero confieso que me pongo al día de todas cuando voy. Todas las revistas dicen lo mismo, más o menos. Me encontré con este reportaje sobre los 50 años de Mar Flores. Cada mujer celebra sus 50 años como quiere. A mí me caen el próximo año, y no tengo claro si será mejor no salir de la cama ese día del disgusto de llegar a MEDIO SIGLO de vida. ¡Por Diooooooooos! ¡Qué cifra más pesada!
El caso es que Mar Flores lo celebra mostrándonos en la revista principal del cuore su espléndido físico a sus 50 años, que sigue igual de espléndido que siempre. Por ella, no pasan los años. O no lo parece. Eso no me sorprende en ella.
Lo que sí me sorprendió y me agradó mucho, y me dio muy buena idea de ella por su forma de pensar en este momento de su vida, es con qué valentía y honestidad reconoce que tuvo que aceptar la ida de su marido y padre de sus hijos, cuando no era ella quien lo quería. "No somos propiedad de nadie aunque estemos casados", señala. Y es verdad.
Eso es algo muy valiente.
Parece que está muy feliz nuevamente y con nuevo amor, y divina como siempre.
A la sombra de la Torre....un lujazo de lugar de trabajo y un lujazo de compañeras tengo yo. Tener un buen ambiente de trabajo es fundamental. Y comer con ellas algún día por semana, disfrutando de este entorno laboral es un auténtico lujo. Un día precioso el de ayer. Otoño raro, raro...
Mi hijo decidió elegir Barcelona como destino de vacaciones, no solo para participar - y ganar - el campeonato internacional de ajedrez, sino para ver a su querido FC Barcelona en acción en el Camp Nou, por primera vez. Ya lo había visto aquí en Gijón, jugando con el Sporting, cuando estuvo en primera, pero estar ahí era importante para él. Lo disfrutó.
Creo que ganó el equipo catalán, por diferencia de cinco goles a dos. Creo recordar del Betis. No me interesa el fútbol. Solo en la parte que hace feliz a mi niño.
Para todo hay una primera vez en la vida y seguro que recordará con ilusión su primera vez en el Camp Nou. Me encanta la nueva camiseta del Club. Divina y le encaja perfectamente, con ese damero.
En una exposición sobre el Club, absorbiendo datos como una esponja.
Estupendo. Todos los relatos son estupendos pero me gusta especialmente el que el autor eligió para darle nombre a la colección. Es el título de uno de los cuentos y de la propia obra.
Todos los miércoles y jueves, el centralero Carlos Bugallal, interpreta en el Café Gijón el monólogo ‘Reencuentro’. Es una pieza escrita por María Inés González y Miguel Ángel Cárcano, quien también lo dirige, que cuenta la historia de dos amigos de la universidad que se reencuentran tras veinte años sin verse.
“En otra época, uno se llevaba el mundo por delante y el otro era el típico perdedor, pero años de frustración y triunfos los han puesto en otro lugar. Alberto cree que toca un ajuste de cuentas, sin saber que Juan necesita algo de él. Como dos caras de una misma moneda, cada uno de ellos es parte del otro”.
Éste es el primer monólogo estrenado en el emblemático Café Gijón del paseo de Recoletos de Madrid. La entrada incluye una consumición.
¿DÓNDE? Café Gijón (Paseo de Recoletos, 21, Madrid)
Sería un libro que, motu propio, nunca hubiera leído, pero mi exigente profesora italiana de italiano lo hizo obligado de lectura en lengua original y examen posterior. Y luego vimos la película.
Absolutamente recomendable. No tiene vuelta de hoja. Es un libro maravilloso y la interpretación del protagonista en la peli, gloriosa.
Nunca me cansaré de recomendarlo. No soy experta en literatura, pero me gusta regalar, prestar y recomendar las lecturas que, a mi juicio, valen la pena.
Sostiene Pereira che da principio si mise a leggere distrattamente l'articolo, che non aveva titolo, poi macchinalmente tornò indietro e ne ricopiò un pezzo. Perché lo fece? Questo Pereira non 'è in grado di dirlo. Forse perché quella rivista d'avanguardia cattolica gli dava fastidio, forse perché quel giorno era stufo d'avanguardie e di cattolicismi, anche se lui era profondamente cattolico, o forse perché in quel momento, in quell'estate sfavillante su Lisbona, con tutta quella mole che gli pesava addosso detestava l'idea della resurrezione della carne, ma il fatto è che si mise a ricopiare l'articolo, forse per poter buttare la rivista nel cestino.
Suscribo punto por punto el artículo de Ferré de ayer en EL COMERCIO. Aún así, yo votaré por tercera vez a la misma persona. No porque lo merezca sino porque es lo que más me conviene A MÍ.
Al país, no lo sé. Pero A MÍ SÍ. A la tercera, ¿será la vencida?
Apenas veo la televisión, pero mientras recogía los platos de la cena uno de estos días, oía a lo lejos, en la tele del office una entrevista a un artista. Hablaba en algún momento de "sentir", de las relaciones humanas y de repente esta persona señaló: "A veces sientes, pero con la persona equivocada"
Y se me vino a la mente, cuando oí esa idea, la relación de una amiga mía, hace muchos años, en la que nosotras, sus amigas y también su familia, tuvimos que convencerle de que tenía que dejarle. Era un yonqui sin remedio y, de hecho, murió unos años después. Ella necesitó tratamiento psicológico y psiquiátrico. Apenas tenía 20 años. No sé lo que le daban, pero estaba hinchada. No parecía ella.
¿Quién es la persona equivocada?
Pues la que no te corresponde en tus sentimientos, la que te hace sufrir sin motivo, la que te insulta, la que no te respeta ni te apoya en lo que es importante para ti, la que no trae cosas buenas a tu vida, la que no está a la altura de tu inteligencia o de tu conversación, la persona cuyo mundo no te atrae, cuyos intereses nada tienen que ver con los tuyos, por lo que un proyecto de vida en común no sería viable....pero bueno, cada persona pone el umbral o el listón donde quiere.
El marido de una persona que conozco bien, siempre fue muy sincero: "A mí no me vale la que no sea virgen". Y lo logró. Vive Dios que lo logró. Puede decir que es el único hombre que se ha acostado con ella, y seguramente será un matrimonio para toda la vida. Y ese, para él, era un valor supremo de esa mujer. El decía que trabajaba en una empresa muy grande de una población pequeña y que la sola idea de que un compañero de trabajo hubiera tenido relación con la que iba a ser su mujer le daba náuseas. Lo consideraba un atentado a su honor y una falta de respeto a sí mismo. Y lo quiso así, y lo tuvo. No soportaba ese efecto en su marco profesional o de sus amigos. Cada cual es cada cual. Se conocieron el siglo pasado, el mismo siglo que el padre de mis hijos me conoció a mí y me sacó a bailar y, en otro siglo, esas cosas eran posibles. Este señor lo tendría más complicado ahora. En esto los hombres siempre han sido y supongo que seguirán siendo muy vulnerables. Hace bueno lo que decía Wilde, de que los hombres quieren ser el primer amor de una mujer, y nosotras, el último amor de un hombre. Pueden considerar intragable la no virginidad o cualquier cosa o anécdota que haya tenido que ver con hombres en el pasado. Bueno, cada uno decide lo que asume y lo que no. En el caso de las mujeres, el pasado de un hombre no suele tener demasiado interés. Y para muchas el dinero sí. No es mi caso. Ahí tenemos la vulnerabilidad de las modelos al dinero de los futbolistas. Una tandem consistente - belleza/dinero- que funciona mientras no se acabe la belleza o el dinero. En mi caso, es la inteligencia. Jamás podría estar con un hombre que no fuera inteligente. O me llena con su verbo, o no hay nada que hacer. Lo de que primero está el verbo, y luego se hace carne. Cosas de la Biblia. Sinceramente no creo que ni el dinero, ni la virginidad sean factores que garanticen el éxito de una relación a largo plazo, pero cada uno sabe lo que necesita y lo que quiere. Y si no lo sabe, tiene un problema en el amor.
Le invito a visitar la nueva entrada ("7.000 millones bloqueados") de mi blog económico titulado ECONOMÍA CON SENTIDO COMÚN, para el diario EL COMERCIO, decano de la prensa asturiana.
Cuando veo los intereses monolíticos de algunas periodistas feministas me percato de que, más que una preocupación social, lo suyo es una preocupación por UN TEMA EN CONCRETO, donde encuentran además una mina de publicación.
Es grave, claro que sí. Gravísimo.
Pero a tenor de las cifras, y sobre todo del colectivo que lo padece, los jóvenes ESPAÑOLES, esto lo es mucho más. Al menos para mí.
Una tarde, tras el trabajo en la Universidad de Cambridge, me acerqué a visitar el Fitzwilliam Museum de Cambridge y allí había una exposición de mujeres leyendo. Cuadros de otras épocas, en las que las mujeres se querían mostrar LEYENDO. Como seres pensantes con deseo de instruirse. Y compré un libro de los retratos de esa exposición. En los siglos en que las mujeres estaban discriminadas y relegadas a un segundo plano de mujer objeto al servicio del varón y la crianza de los hijos, en esos siglos se querían mostrar leyendo. Esos siglos fueron todos hasta el XX.
En esta etiqueta dejo los cuadros de aquella interesante exposición.
She is finding escape from routine in the pages of a novel. Or searching the pages of a more serious work for a way to broaden her horizons or transform her life. Or poring over a letter from a loved one. The reading woman represents a long, complex story that has fascinated generations of artists.
A book can stop time, transcend circumstances, conjure a world in which to lose oneself. These paintings achieve the same thing.
Termina hoy el verano y comienza el otoño. Bien empezado el curso solo me apetece recordar los momentos de playa y de verano y volver a ver fotos del verano que es, a la sazón, mi estación favorita del año. O lo era.
Este recogido me lo hizo mi hijita este verano en un par de minutos. Yo tenía mucho calor; por ese calor pegajoso de Barcelona en agosto y mientras esperaba a que mi hijo terminara su visita a la exposición sobre la historia del F.C. Barcelona, ella me lo hizo y lo agradecí. Luego tomó un par de fotos para mostrármelo. No la peino desde que tenía cinco añitos, y a la vista está la razón. Debajo está la foto del moño que Letizia llevó al estreno de la ópera en el Teatro Real hace unos días, donde una de las revistas del cuore captó la imagen de que un alfiler quedaba fuera.
¡¡Caramba, caramba!! Tengo mejor peluquera en casa.
Y gratis.
Hubo alguien en mi vida que siempre me decía que llevase el pelo recogido alguna vez, para lucir el cuello estilizado, en su opinión, y las orejas pegaditas y bien hechas. Nunca le hice mucho caso; ni en eso, ni en casi nada, y siempre lo llevo suelto por pura comodidad y no perder tiempo en recogerlo. No le dedico tiempo ni al cabello, ni a las uñas, que me las corto cuadradas y con cortauñas como los paisanos. De hecho, he visto hombres con las uñas más largas que las mías y la manicura más elaborada. Sinceramente, yo no tengo tiempo y, además, el que tengo, no me apetece dedicarlo a eso.
