lunes, 28 de febrero de 2022

Guerra, inflación y recesión

Le invito a visitar la nueva entrada ("Guerra, inflación y recisión") de mi blog económico titulado ECONOMÍA CON SENTIDO COMÚN, para el diario EL COMERCIO, decano de la prensa asturiana. 

Esperando que sea de su interés.

https://blog.elcomercio.es/economia/2022/02/26/guerra-inflacion-y-recesion/ 


Posicionamiento del blog en el digital de EL COMERCIO 

https://www.elcomercio.es/economia/



Jornada de EL COMERCIO

Agradable retorno a la presencialidad. 




domingo, 27 de febrero de 2022

España no es populista

 Este artículo fue publicado en Tribuna Dominical 

de EL COMERCIO el 14/12/2021

https://www.elcomercio.es/opinion/espana-populista-20211212001211-ntvo.html

España no es populista

 

Mi país ha cometido muchos errores históricos y ha perdido grandes oportunidades. Escogí bachiller de ciencias, así que no me voy a poner a enumerarlas, pero creo que las que están en la cabeza de todos pesan como una losa en la historia de España. ¿Se está cocinando el caldo de cultivo político para cometer el siguiente gran error histórico? Que España tuviera por primera vez una presidenta mujer no lo sería. Tampoco necesariamente un acierto. Depende de la mujer. Que lo fuese Yolanda Díaz sí que sería un craso error, aunque no creo que ni en sueños ella misma piense que lo puede lograr. Me produjo hilaridad el artículo publicado en el diario del Conde de Godó el 15/11/2021, cuyo autor es ese que llamaban Maquiavelo de la política española y que cuando salió de la sombra de Pedro Sánchez mostró en una entrevista, muy cacareada en televisión, tanto sus no pocas carencias como su intragable egocentrismo.

En su pedante y, esperemos que también equivocada columna 'The Situation Room', el referido trataba de argumentar que «Yolanda Díaz puede ser presidenta». Todo el que sea cabeza de partido lo puede ser, si se presenta a las elecciones generales. Falsedad en el título literalmente no hay. El autor afirma que «si enfocamos bien el ajedrez político que se avecina, Yolanda Díaz tiene altas probabilidades de ser la primera presidenta del Gobierno de España. Y, ojo, cuanto más se alargue la legislatura, mejor para ella». Entiendo que será por el descontento y desencanto con un Gobierno, pero es que ella es vicepresidenta en dicho Gobierno así que eso la incluye. La mala noticia, si tal cosa se produjese, es que sería un grave error histórico para nuestro país. La buena noticia es que el articulista de 'The Situation Room' está equivocado en eso y en que no se puede andar por la vida con dos piezas de ajedrez en el bolsillo. Para impactar, más que nada. Dudo que sepa jugar bien y conozco a alguien salido de mis entrañas que le podría dar una somanta de palos en tal juego. Yo se los daré con mi única arma: la palabra.


Los populismos son perjudiciales y no traen más que miseria a los países en los que resultan la opción política elegida. ¿Miramos de reojo a Sudamérica? Da igual que sean de derechas o de izquierdas. En este país tenemos de ambos, respectivamente Vox y Unidas Podemos. Siendo un 'amagüestu' de este último quien parece que tendrá a Yolanda Díaz a la cabeza y que, de acuerdo con 'algunos' sondeos, estaría en primera posición como presidenta preferida (22,3% de los votos), por delante de Pedro Sánchez (16,4%), Pablo Casado (13,2%) y Santiago Abascal (7,6%). Los populismos son nocivos sin paliativos. Tienden además a adoptar un lenguaje nacionalista que les sirve para apelar al brote de los símbolos y las emociones de las masas, con epítetos que se transforman en instrumentos de descrédito recurrente, convirtiendo a los adversarios en enemigos que el populista 'debe' erradicar, ya que representan una 'amenaza' que pone en jaque los intereses del pueblo o una supuesta 'voluntad popular'. Los discursos interminables de Hugo Chávez son un perfecto ejemplo. Bajo estos argumentos, el populista declara el deber moral de conquistar todas las instituciones de modo tal que 'los enemigos del pueblo' no puedan regresar al poder, autoproclamándose una especie de ser o deidad infalible, que desconoce lo que es el error, convirtiéndose en nuestro padre permanente al que todo debemos consultar y a quien debemos pedir un permiso o bendición.

Resultan 'telepredicadores'. Uno se nos ha jubilado y se ha cortado la coleta. Ahora da guerra por las tertulias, pero ¿nos acordamos del control que pretendía ejercer sobre los medios de comunicación? No es solo que sean populistas, sino que ni siquiera son demócratas y carecen de respeto por la voluntad y la opinión individual de los ciudadanos. El populismo combina lo político con lo afectivo. Grave. Siento arcadas cada vez que recuerdo ese discurso empalagoso y hueco sobre la 'matria' que la futura candidata a presidenta nos soltó en la última Semana Negra de Gijón, en la que figuró como ilustre y destacada invitada.

Esta perversa combinación de lo político con lo afectivo acaba situando a la sociedad en polos antagónicos, devaluando la democracia en nombre de la misma democracia, para más inri rompiendo el orden institucional, criticando a los medios como base de la retórica populista y utilizando el poder como herramienta personal para repartir recursos y hacer favores específicos con el fin de ganar votos. El/la populista busca encarnar la famosa figura del 'hombre/mujer-pueblo', adoptando un perfil de tipo casi religioso. El populismo, sea de izquierdas o de derechas, es siempre hostil al liberalismo y a los principios basados en las libertades civiles, la división de poderes y la pluralidad de voces y esto es lo único que nos puede traer progreso económico, estabilidad y prosperidad para nuestra democracia.

Quiero creer que a pesar de los muchos errores que hemos cometido en nuestra historia no somos un país populista y no cometeremos semejante error. Una pseudocomunista vestida de Gucci y más falsa que una moneda de tres euros no puede ser la primera presidenta de España. Termino con una recomendación, por si no le he convencido con 900 palabras: 'El manual liberal', de Antonella Marty (Editorial Deusto). Se lo explica muy clarito en sus 470 prodigiosas páginas.




viernes, 25 de febrero de 2022

Seguimos con las consecuencias del conflicto

 Y van dos en el mismo día. Además de ataques a servidores informáticos, el Ministerio español ha comunicado el cierre de operaciones con Rusia. El padre de mis hijos me informa de que la mitad de los contratos que DF tenía para el próximo año eran con la petrolera Gazprom, la mayor compañía rusa, con sede en San Petesburgo para la que preparaban este tipo de equipos. 

¿Somos conscientes de que apretándole las tuercas al ruso nos las estamos apretando a nosotros mismos? Hay muchas interdependencias económicas. 

A mis hijos el pan no les va a faltar. Soy funcionaria del Estado, pero poca broma con esto. Y sí, las declaraciones desde todas las alcaldías están muy bien pero lo que cuentan son los hechos. Rusia tiene poder y la gobierna un loco que no tiene piedad. 

Dicen que la religión ha matado a mucha gente. El nacionalismo a mucha más. Y esto es más de lo mismo: PURO NACIONALISMO. Cambiaría la R por una T, pero no es decoroso. Que se lo anoten los ultranacionalistas de todos los colores. Que se lo anoten. Ya lo decía el escritor: el nacionalismo se cura viajando.


TALLER DE GIJÓN VECINO A LOS ASTILLEROS. 






                                                                           GAZPROM 


Primeras consecuencias del conflicto

Y no serán las últimas. Qué bien se lo va a pasar el Señor Putin a partir de ahora si esto es lo que quería. Aterrorizar al mundo y mostrar su poder. 


 Implantación del doble factor de autenticación en los accesos a los sistemas informáticos de la Universidad de Oviedo, por motivo del conflicto bélico Ruso-Ucraniano

El Centro Criptográfico Nacional CCN-CERT está poniendo sobre aviso de un gran número de ataques a sistemas informáticos de forma generalizada.

Ante la certeza de los ataques recibidos, de que hay cuentas de usuarios de UNIOVI comprometidas, y del riesgo acreditado de ciberataques como consecuencia del conflicto bélico en Ucrania, el conjunto de las Universidades Españolas, coordinadas por la CRUE, hemos procedido a incrementar las medidas de seguridad de nuestros sistemas informáticos.

Para limitar los riesgos en suplantaciones de identidad y robo de credenciales, las consecuencias en la seguridad que implican, se incorporan medidas adicionales de doble factor de autenticación para los accesos desde fuera de la red de UNIOVI, y para los servicios dependientes de la infraestructura de Office 365.

Nos hemos encontrado en la obligación de tomar estas medidas de forma inmediata, para proteger el conjunto de nuestra comunidad universitaria y evitar en la mayor medida un ciberataque en nuestros sistemas informáticos.



martes, 22 de febrero de 2022

Muy honrada por la citación

 Los académicos tenemos unas plataformas automáticas de búsqueda de citaciones de nuestros trabajos de investigación en Google Scholar. En este caso, no es una citación de ese tipo, sino de prensa. 

Me hace mucha ilusión profesional y es todo un honor. Sin duda. 

Está además recogido en la selección de prensa de la Universidad de Oviedo. 

Todo un honor colaborar con la Bolsa de Madrid, con BME (Bolsas y Mercados Españoles) en aquello en lo que servidora pueda ayudar. 

Lo cierto es que es todo un privilegio, un reconocimiento y un honor profesional ser referencia en el artículo junto con nombres como Angel Bergés, que fue miembro del tribunal de mi tesis doctoral, allá por el año 2000 y un economista de referencia en este país, como Emilio Ontiveros. 

Muy honrada y agradecida. 

Seguimos. 

Ibex 35: Los pecados que conducen a la bolsa española a la irrelevancia (elconfidencial.com)

PÉRDIDA DE ATRACTIVO

Los pecados que conducen a la bolsa española a la irrelevancia

La bolsa española ha ido perdiendo importancia a escala internacional en los últimos años sin que desde el ámbito político se dé la menor muestra de preocupación

Agustín Monzón

19/02/2022 - 05:00


Durante su controvertido mandato desde la Casa Blanca, Donald Trump hizo de los éxitos de Wall Street uno de sus más obvios motivos de orgullo, aprovechando cada récord para sacar pecho.

Este orgullo contrasta de forma marcada con la relación de los gobernantes en España con el mercado financiero nacional. Ni la bolsa española ha dado motivos suficientes para presumir durante la última década, ni los políticos españoles se muestran excesivamente predispuestos a hacer suyos los logros de los mercados financieros del país. De hecho, la mayor parte de las veces que el Ibex ha sido mencionado por alguna de las principales fuerzas políticas de España ha sido con una connotación negativa, como la enseña bajo la que se esconderían todos los males del llamado capitalismo clientelar (o de amiguetes), plagado de abusos, desigualdades y hasta corrupción.  Partiendo de esa concepción, resulta más fácil entender el desinterés con el que desde los resortes del poder en España se ha contemplado en los últimos años el declive de los mercados financieros nacionales. Una pérdida de pujanza que resulta muy obvia atendiendo a los datos de evolución bursátil (desde 2010, el rendimiento total del Ibex ha sido del 25%, 223 puntos porcentuales menos que las bolsas mundiales), pero también en otros muchos factores, como los flujos de inversión, el hundimiento de los volúmenes de negociación, el número de compañías cotizadas en el mercado nacional o la limitada cobertura por parte de las casas de análisis. La bolsa española, que en noviembre de 2007 llegó a representar casi el 2% de la capitalización mundial, apenas supone hoy un 0,6% del total.

Existen muchas razones para observar esta dinámica como una pésima noticia para el país. “En las economías en las que los mercados tienen una mayor participación en la financiación empresarial, las compañías están mejor equipadas para manejar choques económicos, crear empleos, permitir a los inversores participar en la valoración de empresas y contribuir en la creación de compañías de rápido crecimiento, toda vez que se asignan más fondos hacia una economía sostenible”, refería Susana Álvarez Otero, profesora titular de Economía Financiera de la Universidad de Oviedo en un artículo publicado en enero de 2021 por BME, el gestor de la bolsa española.


En este artículo, Álvarez Otero menciona diversos factores que, en su opinión, respaldan la importancia de unos mercados financieros sólidos como impulso al desarrollo económico nacional. Entre otros, destacarían las evidencias de que las empresas cotizadas tienen una propensión muy superior a invertir en I+D que las que no forman parte de los mercados. Otra, los criterios de mayor transparencia a los que están obligadas las compañías que forman parte de la bolsa. “En mi opinión, este es un argumento principal que justificaría casi por sí solo la intervención administrativa: lo negativo que resulta el hecho de que, si las empresas que se están financiando con capital privado no están siendo transparentes, ello puede generar a largo plazo desconfianza en el sector corporativo y, a la postre, pérdida de financiación”, apunta.


La reducción de empresas cotizadas implica un menor grado de transparencia corporativa

Pese al aparente desdén de los políticos españoles, la mejora del funcionamiento de los mercados de capitales es, desde hace años, un objetivo clave de la política económica europea, que la persigue a través del Plan de Acción de la Unión del Mercado de Capitales, con la que se pretende dar un nuevo impulso a los mercados de la región, que desde hace tiempo adolecen de una evidente pérdida de competitividad frente a los de Estados Unidos y Asia, de dolorosas consecuencias para su evolución económica.  En un artículo publicado en 2018 en la revista del ICE, Ángel Berges y Emilio Ontiveros, socios fundadores de Afi, subrayaban el freno al desarrollo de la economía europea y, en concreto, la española que se deriva de la excesiva dependencia de la financiación bancaria frente a la que ofrecen los mercados de capitales. Según defendían, esta, “siendo actualmente abundante y barata, no es la más apropiada para ecosistemas más favorables a la innovación y al crecimiento de las empresas de menor dimensión, algo de lo que tan necesitado está nuestro país, y Europa en general”.

 

Estas necesidades no han dado pie, con todo, a una actuación urgente y decidida por parte de los legisladores continentales, ni mucho menos, en España, donde, al contrario, se han adoptado medidas poco propicias para la competitividad del mercado nacional. Entre ellas, se sitúa el impuesto sobre las transacciones financieras, más comúnmente conocido como tasa Tobin, que el Gobierno puso en marcha en 2021 para gravar con un 0,2% la compra de acciones de cotizadas españolas cuya capitalización supere los 1.000 millones de euros. “El resultado no ha sido bueno. Competimos en un mercado mundial, en el que las empresas, para atraer financiación, tienen que enfrentarse a una cantidad enorme de alternativas para los inversores. Y tener una tasa no es un punto positivo, no ayuda a la competitividad de la financiación de las empresas españolas”, observa Domingo García Coto, director del Servicio de Estudios de BME.

 

García Coto lamenta que “no estamos siendo capaces de encontrar esa complicidad en la política sobre la importancia de tener unos mercados que contribuyan a la financiación de las empresas”, algo que, además de en la tasa Tobin, se vería reflejado, en su opinión, en una panoplia legislativa que no se caracteriza por ser especialmente favorable a los mercados. Entre otras cuestiones, cita el cambio de régimen fiscal de las socimis, los obstáculos fiscales que limitan el desarrollo de vehículos clave como los ETF o las SPAC o la ausencia de incentivos para el desarrollo de fondos especializados en la inversión en pymes.

 

A todas estas cuestiones, que estarían limitando el atractivo de la bolsa española para los inversores nacionales e internacionales, se sumarían otras de un cariz más amplio, referentes a la visión del país fuera de nuestras fronteras, según indica Javier Niederleytner, profesor del Master en Bolsa y Mercados Financieros del IEB. “Cuando se ve cómo ha actuado este Gobierno en cuestiones como la fiscalidad de las sicav, el intervencionismo en el mercado eléctrico, la reforma laboral…, son muchos los inversores internacionales que se cuestionan cómo van a confiar en este país”, advierte.  Y señala, como contraste, la mayor confianza de la que se ha hecho acreedora la bolsa italiana (en 2021 el Ftse Mib sumó un 23%, frente al 7,93% del Ibex 35) desde que asumió la dirección del Gobierno trasalpino Mario Draghi, con unas políticas más favorables al mercado. “En España, hay empresas de gran calidad, pero el interés apunta hacia otro lado”, argumenta.

 

Cabe señalar, en cualquier caso, que muchos de los males que padece la bolsa española son compartidos con otros muchos mercados internacionales, aunque su manifestación en el parqué nacional sea mucho más intensa. Así, el persistente descenso del número de empresas cotizadas es un fenómeno que se viene dando desde hace varios lustros en la mayor parte de las bolsas occidentales. “Hay diversos motivos que explican esta disminución, entre ellos los bajos tipos de interés, con la facilidad que ello supone de acceder a financiación ajena por parte de las empresas, o el auge del capital riesgo y el 'private equity'. Por supuesto, la situación derivada del covid-19 también ha tenido un gran impacto en los mercados”, explica Ana Martínez-Pina, coordinadora de Regulatorio Financiero de Gómez-Acebo & Pombo y exvicepresidenta de la CNMV.

Los números son contundentes. Desde finales de 2018, el Mercado Continuo de la bolsa española solo ha asistido al estreno de cuatro compañías (Soltec, Ecoener, Línea Directa y Acciona Energía). Mientras, un gran número de las que cada año aparecen en las quinielas como candidatas a dar el salto al parqué acaban desistiendo, con Ibercaja como uno de los casos más recientes. E incluso resulta cada vez más común que compañías de origen español decidan cotizar en mercados extranjeros, como ha ocurrido recientemente con el grupo Wallbox o, más significativamente, con Allfunds, que buscó acomodo en la bolsa holandesa.

 

En paralelo, se cuentan por decenas las compañías que, tras un periodo más o menos largo de cotización, acaban optando por tomar el camino de salida, ya sea por su fusión con otra compañía cotizada, su compra por parte de grupos privados o su simple desaparición. En los últimos 12 meses, hasta ocho empresas han dejado de cotizar en el mercado español, según los datos de BME.

 

Todo esto ha resultado en que, a día de hoy, en la Bolsa de Madrid se cuenten un total de 124 empresas, un número que contrasta con las casi 400 que forman parte de la Bolsa de Estocolmo. Las cotizadas de Suecia, un país habitualmente señalado por sus políticas favorables al desarrollo de sus mercados financieros, suman una capitalización cercana a los 1,1 billones de euros, un 77% superior a la del mercado español, a pesar de ser un país con una población cuatro veces menor.

Palancas de impulso

Esta situación obliga a cuestionarse si se podrían tomar medidas para hacer más atractiva para las empresas españolas la opción de cotizar en bolsa. Para Martínez-Pina, la respuesta es clara: “Sí se podrían adoptar medidas legislativas que aligerasen tanto el proceso de salida a bolsa como las obligaciones que tienen las sociedades cuando ya cotizan, siempre teniendo en cuenta que la transparencia y la protección al inversor en una sociedad cotizada suponen obligaciones adicionales, que no se exigen a una empresa que no tiene acceso al mercado y al pequeño ahorrador”.

 

La responsable de Gómez-Acebo & Pombo llama la atención sobre algunas medidas recientes, como la supresión de la información financiera trimestral obligatoria o la introducción de las acciones de lealtad, que ofrecen la posibilidad a que los accionistas que lleven dos años en la compañía tengan doble voto, que podrían ayudar a incentivar las salidas a bolsa. También aboga por dar un impulso a medidas que han resultado exitosas en otros mercados, como las SPAC, e invita a considerar la posibilidad de introducir algún incentivo fiscal para los inversores en acciones cotizadas.  Este último aspecto también es resaltado en el artículo ya citado de Álvarez Otero, que habla de la necesidad de crear una cultura de participación en los mercados de acciones. Según resalta, menos de la mitad de los hogares europeos invierte en activos financieros distintos de los depósitos bancarios (con la única excepción de Suecia, donde el 60% sí invierte). “Considero primordial promocionar la educación financiera para generar una cultura inversora entre la ciudadanía que entienda la importancia de tener una bolsa de valores fuerte con muchas empresas cotizadas, es decir, un mercado financiero amplio”, sostiene.

Pero esa labor más pedagógica no solo debe apuntar a los inversores, sino también a los empresarios, tal y como defiende Javier Fernández-Galiano, director de Financial Advisory de Deloitte. “En España, existe un tema cultural relacionado con la salida a bolsa: las compañías, por diferentes razones, dan prioridad a otras alternativas estratégicas u operaciones corporativas antes que a la salida a bolsa. En otros países de nuestro entorno, es mucho más frecuente ver salidas a bolsa. Esta labor pedagógica con las compañías, que desde luego ya se está trabajando, se debería continuar por los diferentes participantes del mercado”, señala.  A esta cuestión, Fernández-Galiano suma otra variable importante: el tamaño de las operaciones. “Si el tamaño que el emisor busca es demasiado pequeño y, por tanto, solo tiene encaje en el BME Growth, este mercado cuenta con poca presencia de inversores institucionales y falta de liquidez. Por el contrario, para acudir al Mercado Continuo, los inversores institucionales y los bancos colocadores reclaman un tamaño mínimo de operación que muchos emisores no buscan. Por tanto, existen muchas operaciones que actualmente no tienen encaje en ninguno de los mercados”, explica.

Esta cuestión está muy relacionada con un factor que la mayor parte de las voces del mercado considera determinante en la situación de la bolsa española: el tamaño medio de las empresas en España, considerablemente menor que en los países de nuestro entorno. Un menor tamaño hace menos asequibles las cargas (costes de emisión, exigencias administrativas, informativas…) que conlleva la participación en los mercados financieros. Y, al mismo tiempo, la no participación en los mercados supone un freno al crecimiento de esas empresas, conformando un círculo vicioso dañino para los intereses de la economía nacional.


El reducido tamaño de las empresas españolas es un hándicap para su salto a la bolsa

Precisamente, el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, se refirió, en una reciente intervención durante la celebración del evento Spain Investors Day, a la necesidad de articular vías que favorezcan el salto al mercado de las pymes. “Debemos potenciar nuestro mercado de pymes cotizadas y para ello son necesarias mediadas desde diversos frentes, tales como incrementar la cultura de mercado, potenciar la formación y asesoramiento independiente a empresas en materia de financiación. También es conveniente reflexionar sobre cómo dirigir la inversión colectiva a los mercados de pymes, por ejemplo revisitando la necesidad de liquidez diaria de determinados vehículos de inversión colectiva que pueden atender estos mercados. O actuar favoreciendo un mayor acceso del inversor minorista al mercado bursátil, o desarrollar posibles incentivos fiscales que hagan más atractivo que las empresas coticen, porque es esencial para la economía española”, comentó entonces.  Pero tampoco puede ignorarse que en la preferencia cada vez más marcada de los empresarios por buscar opciones de desarrollo para sus negocios fuera de la bolsa influyen también una serie de factores relativos a la evolución de la economía sobre los que poco efecto puede tener la regulación. Son cuestiones relacionadas con el surgimiento de una economía cada vez más basada en intangibles —que reduce la necesidad de capital de las empresas y las hace más renuentes a la transparencia exigida en los mercados públicos— o el desarrollo de una economía de mayor competencia global, que limita el tiempo con el que cuentan los fundadores de una empresa para explotar el éxito de sus negocios y anima a venderlas en etapas más iniciales, en las que el salto a la bolsa aún puede resultar prematuro.


No obstante, en todas estas cuestiones influye, obviamente, la existencia de alternativas con un alcance cada vez más mayor, entre las que destacan los distintos vehículos de capital privado. La exclusión de cotización de Másmóvil en 2020, tras su adquisición por parte de varios fondos de capital riesgo, o la venta, también en 2020, de Idealista —un habitual de las quinielas de candidatos a salir a bolsa— a otro fondo privado son ejemplos claros de cómo este tipo de inversores se han erigido en los últimos años como una pujante competencia para las bolsas, ofreciendo unas valoraciones que muchas veces resultan inasumibles sobre el parqué. En este sentido, Domingo García Coto observa que el capital riesgo es una vía de financiación de proyectos empresariales complementaria y muy válida. Pero considera que, en muchas ocasiones, “el terreno de juego está desequilibrado, con una regulación más propicia para la actividad del capital riesgo”, por lo que insta a buscar fórmulas de reequilibrio.

La escasez de nuevos proyectos que llegan al mercado español ha contribuido a cronificar la que se asume que es una de las claves del relativo bajo rendimiento de la bolsa española en los últimos años: el elevado peso de negocios considerados de la “vieja economía” y la escasez de compañías centradas en las tendencias más pujantes en el mercado, como la digitalización.

García Coto admite que el relevo de los grandes valores del Ibex avanza muy lentamente, pero, aun así, observa razones para el optimismo en el crecimiento del mercado para pymes BME Growth. Solo en 2021, este mercado experimentó la incorporación de 14 nuevas empresas, con un crecimiento neto en el número de sus miembros de ocho, hasta los 127, con una capitalización conjunta superior a los 18.000 millones de euros.

“Esperamos que el BME Growth consiga desarrollarse aún más para cubrir ese hueco que algunos emisores están buscando para salir a cotizar. En 2021, ya existieron algunas operaciones relevantes en el BME Growth y confiamos en que en 2022 haya un mayor desarrollo en nuestro mercado alternativo en diferentes aspectos (liquidez, inversores, analistas)”, indica también Fernández-Galiano.

BME Growth, anteriormente conocido como MAB, es la principal pieza de un entramado que el operador de la bolsa española ha ido articulando en los últimos años y que tiene como fin facilitar a las empresas en las distintas etapas de su desarrollo el acceso a los mercados financieros para obtener la financiación que puedan requerir.

El reciente salto al Mercado Continuo de Atrys Health, hasta entonces miembro de BME Growth, constituye una prueba de éxito de las que permiten mantener la esperanza de una próxima revitalización de la bolsa española. Sin embargo, para ello sería necesario que este tipo de casos representaran la norma más que una excepción. Es mucho lo que queda por trabajar para alcanzar ese escenario, que solo será factible con el convencimiento de todos los actores implicados de que un mercado financiero fuerte es una base esencial para una economía saludable.


SELECCION DE PRENSA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO


El mejor, la mejor

My brother. 

Ánimo Nacho, que hay que salir adelante frente a este puñetero virus. Ya queda menos. 





Y la mejor hija, que me cuenta esto cuando le pregunto su lección de solfeo. 


Buen paso para nuestra Universidad

 Pues sí. Es un logro importante para el lugar donde trabajo desde hace 27 años, más otros 5 de carrera. Casi toda una vida por aquí, pero me he movido por otras Universidades. Eso que me llevo. 

https://www.lne.es/sociedad/2022/02/02/universidad-oviedo-entra-real-colegio-62224763.html


La Universidad de Oviedo se sitúa en la élite al firmar «una alianza estratégica» con Harvard | El Comercio

La Universidad de Oviedo 

se sitúa en la élite 

al firmar «una alianza 

estratégica» con Harvard

Ingresa en el Real Colegio Complutense,

 vinculado a la institución norteamericana, 

y accede a un «ambicioso 

programa de becas y estancias»




ELENA RODRÍGUEZOVIEDO.

A los pocos meses de llegar al Rectorado, a Ignacio Villaverde le hicieron llegar un mensaje de que la primera universidad del mundo, Harvard, estaba interesada en la de Oviedo. Quería conocer su actividad investigadora, económica, las áreas en las que mejor situada estaba en los rankings mundiales, el apoyo del entorno... Así fue como se preparó un dossier antes del verano y en septiembre recibió la propuesta de que presentara su candidatura para ingresar en el Real Colegio Complutense en Harvard, afiliado a dicha universidad y que tiene como objetivo «promover la cooperación académica, científica y cultural entre Harvard y el sistema español de conocimiento».

«Como si fuera a un examen oral», el rector la defendió ante un comité académico durante dos horas en diciembre en Madrid. «Ni se pueden imaginar la radiografía que nos hacen y el grado de conocimiento que tienen de nosotros», apuntó ayer Villaverde. Hace unos días recibieron «el regalo de Reyes» de que, «por unanimidad», han sido admitidos en el Real Colegio como miembros de pleno derecho. Hasta la fecha, solo cinco universidades españolas forman parte de él (además de la Complutense, la Politécnica de Madrid y las de Alcalá, Sevilla y Valencia). «Nos coloca donde nos merecíamos: entre los mejores».

El Real Colegio tiene sede en Boston y la idea de la Universidad es tener un representante allí. Estudia si de forma permanente o que se traslade con frecuencia. Este ingreso, «todo un hito», implica que «el personal docente e investigador y el estudiantado podrán beneficiarse de un ambicioso programa de becas, ayudas y estancias en la universidad americana».

La institución estadounidense se interesó por la actividad económica e investigadora de la Universidad

El vicerrector de Internacionalización, Daniel Santos, las detalló. «Habrá becas de posgrado, con una duración de uno o dos años, según el programa seleccionado; becas de investigación postdoctoral, con estancias de uno o dos años, cubiertas con 3.000 dólares al mes, y pudiendo dar clase en Harvard durante ese periodo». También, para el profesorado permanente, becas para estancias largas, de unos diez meses y financiadas con 1.500 dólares al mes, y otras para estancias más cortas, de uno o dos meses, con 2.000 dólares. Asimismo, habrá visitas cortas no financiadas, de entre uno y dos meses, para aquellos becarios que tienen su propia ayuda y quieran establecer un contacto inicial.

El presupuesto global asciende a más de un millón de euros, aportando el Real Colegio 300.000 euros y cada universidad española, 160.000. Tal vez a las convocatorias de este año no se llegue, pero la idea es «tenerlo todo desplegado para 2023».

Fundación Princesa

En este «proceso largo y sigiloso», la Universidad no ha estado sola. A Harvard ha hecho llegar su apoyo el presidente del Principado, la Fundación Princesa de Asturias (con premiados que han estudiado en la Universidad americana) y hasta la directora del Instituto Cervantes, próximo a Harvard y profesora de la Universidad de Oviedo.

«Conocían bien los trabajos de Carlos López Otín y se mostraron muy interesados en el Instituto de Ciencias y Tecnologías Espaciales (ICTEA) y el Instituto Universitario de Oncología (IUOPA), así como por el entorno y el Botánico, en Gijón, cuya dirección científica depende de la Universidad», especificó el rector. Antes de la candidatura, le pusieron «deberes», porque detectaron debilidades como «los pocos proyectos europeos y los pocos alumnos extranjeros», pero «superamos la prueba». «El peso de los 400 años de historia, las relaciones entre investigadores de ambas partes y que, según el ranking 'Nature', somos la octava institución investigadora de España, además de que tenemos una docencia e investigación muy buena nos ha hecho atractivos. Los investigadores se lo merecen. A veces tenemos una visión dura de nosotros mismos, cuando tenemos «un buen producto y es fácil de vender».

lunes, 21 de febrero de 2022

About love

 Este artículo fue publicado en TRIBUNA DOMINICAL 

de EL COMERCIO el 20/02/2022


https://www.elcomercio.es/opinion/about-love-20220220000642-ntvo.html

About love

Cuando la ruptura de parejas está al orden del día y se convierte en una realidad que nos lleva a aceptar que para la mayoría el amor tiene fecha de caducidad, escuchar esa declaración en la radio es alentador y hermoso

 

Uno es soledad. «Ser uno es no tener nada», decía Juan Gelman en un maravilloso verso. Dos es compañía y tres es multitud. Me quedo con el 2, ese número que se 'tripite' en este año 2022 y que es el símbolo zodiacal de los Géminis: la pareja. Ya sabemos que los tríos terminan mal. En la ficción y en la realidad. La esfera de la pareja es la que permite lograr la mayor conexión e intimidad. Que me disculpen los poliamorosos, pero servidora tiene sus limitaciones y estar totalmente enamorado implica que no cabe nadie más en la cabeza. Un sentimiento tan intenso y absorbente requiere exclusividad y, tal vez, los poliamorosos ganen diversidad, no lo niego, pero pierden intensidad.

En este mes de febrero, el que la difunta escritora Almudena Grandes elegía para publicar sus libros, se celebra el 14, el día del amor. El de los enamorados con patrocinio de San Valentín. De camino al trabajo tal día me tocó escuchar en la radio del coche a un señor que le dedicaba una romántica canción a su esposa, sentenciando que, para él, todos los días desde hacía casi 30 años son el día de los enamorados y, por supuesto, todos los 14 de febrero. Cuando la ruptura de parejas está al orden del día y se convierte en una realidad que nos lleva a aceptar que para la mayoría el amor tiene fecha de caducidad, escuchar esa declaración totalmente sincera por las ondas radiofónicas es alentador y hermoso. Por algo se escriben novelas, óperas, canciones, que giran en torno al amor: porque es algo que mueve el mundo, que mueve a las personas, que cambia radicalmente sus vidas y digo más, cambia a las personas. Somos la suma de las personas que hemos conocido. Una conexión profunda con alguien a quien amas implica un cambio en uno mismo y en el otro. Por eso es relevante plantearse si sentimos amor de verdad, si estamos realmente enamorados o si sabemos verdaderamente lo que es. «Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso...// Esto es amor, quien lo probó lo sabe». Nadie como Lope de Vega definió mejor ese torbellino de emociones que trae consigo el amor y que nos hace sentir vivos. Tiempo para estar muertos nos va a sobrar. Es obvio. La Parca no se olvida de nadie.


Aún recuerdo la primera vez que me planteé esa importante pregunta. Fue un total desencuentro, un día del verano de mis 17 años, en una sidrería de Luanco, compartiendo una botellina de sidra con mis amigas. Llegaron unos chicos, unos campesinos de Gozón. Eran dos y uno de ellos quedó bloqueado al ver a una de mis amigas: una morenaza alta, con un cuerpo y una cara espectacular. Pidieron permiso para sentarse con nosotras y cuando me percaté del interés de uno de ellos por mi preciosa amiga y la conversación parecía que quería derivar tímidamente al terreno de las relaciones, planteé a bocajarro y sin anestesia la pregunta: «¿Qué se entiende por estar enamorado?». Quizá lo hice en un tono demasiado trascendental para aquellos chicos. El caso es que lo pregunté también por interés propio, porque a esa edad yo no lo sabía, ni lo había vivido, ni creía que ese embelesamiento que sentía yo por Gary Cooper, que ya estaba en los cielos, pudiera ser amor. El gran amor que yo deseaba y que le diese sentido a mi vida. Ante tal cuestión, el menos interesado se levantó y le dijo al otro: «Yo paso tío. Voy a echar un pitu a la playa». La verdad es que me acuerdo de la situación como si hubiera sucedido ayer. Me quedé en shock y no por experimentar el rechazo de un hombre tan primario que, con toda seguridad, no era mi alma gemela, sino por haber planteado, según él, una pregunta impertinente e inconveniente en una luminosa tarde de verano. Su amigo se quedó con nosotras. Tenía un interés apremiante. El caso es que la tarde, después de aquello, no fue tan mal. Nosotras nos enteramos del día a día de una granja en un pueblecito de Gozón. Yo le preguntaba cosas, para alargar la conversación y darle al muchacho la oportunidad de lucirse, mientras que mi amiga, que se estaba percatando de la maniobra de su locuaz compañera, me daba patadas por debajo de la mesa. Sentí pena por él, pero también comprendí a mi amiga. Al menos, él hizo lo que sintió que debía hacer: darse a conocer y mostrar lo mejor de sí mismo. No le sirvió de nada para impactar a mi amiga, pero lo importante es que lo intentó. Que no se quedó con la duda y superó el miedo al rechazo que finalmente vivió en pro de un posible logro mayor: el amor de mi amiga. ¿Puede alguien decir que ha vivido una buena vida si deja de intentar algo así por una razón tan elevada como el amor? Podría entenderse por su posterior fracaso que fue un error. En absoluto. El error garrafal habría sido no intentarlo. Como se diría en catalán, esa lengua con sentencias jurídicas aquí y allá, pero que suaviza la sonoridad de algunas palabras malsonantes en español: la vida sin estar enamorado es una 'merda'. En efecto, una total y absoluta 'merda'.








ARTÍCULO EN SELECCIÓN DE PRENSA DE LA UNIVERSIDA DE OVIEDO: 

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