Este artículo fue publicado en Tribuna Dominical
de EL COMERCIO el 14/12/2021
https://www.elcomercio.es/opinion/espana-populista-20211212001211-ntvo.html
España no es populista
Mi país ha cometido muchos errores
históricos y ha perdido grandes oportunidades. Escogí bachiller de ciencias,
así que no me voy a poner a enumerarlas, pero creo que las que están en la
cabeza de todos pesan como una losa en la historia de España. ¿Se está
cocinando el caldo de cultivo político para cometer el siguiente gran error
histórico? Que España tuviera por primera vez una presidenta mujer no lo sería.
Tampoco necesariamente un acierto. Depende de la mujer. Que lo fuese Yolanda
Díaz sí que sería un craso error, aunque no creo que ni en sueños ella misma
piense que lo puede lograr. Me produjo hilaridad el artículo publicado en el
diario del Conde de Godó el 15/11/2021, cuyo autor es ese que llamaban
Maquiavelo de la política española y que cuando salió de la sombra de Pedro
Sánchez mostró en una entrevista, muy cacareada en televisión, tanto sus no
pocas carencias como su intragable egocentrismo.
En su pedante y,
esperemos que también equivocada columna 'The Situation Room', el referido
trataba de argumentar que «Yolanda Díaz puede ser presidenta». Todo el que sea
cabeza de partido lo puede ser, si se presenta a las elecciones generales.
Falsedad en el título literalmente no hay. El autor afirma que «si enfocamos
bien el ajedrez político que se avecina, Yolanda Díaz tiene altas
probabilidades de ser la primera presidenta del Gobierno de España. Y, ojo,
cuanto más se alargue la legislatura, mejor para ella». Entiendo que será por
el descontento y desencanto con un Gobierno, pero es que ella es vicepresidenta
en dicho Gobierno así que eso la incluye. La mala noticia, si tal cosa se
produjese, es que sería un grave error histórico para nuestro país. La buena
noticia es que el articulista de 'The Situation Room' está equivocado en eso y
en que no se puede andar por la vida con dos piezas de ajedrez en el bolsillo.
Para impactar, más que nada. Dudo que sepa jugar bien y conozco a alguien
salido de mis entrañas que le podría dar una somanta de palos en tal juego. Yo
se los daré con mi única arma: la palabra.
Los populismos son
perjudiciales y no traen más que miseria a los países en los que resultan la
opción política elegida. ¿Miramos de reojo a Sudamérica? Da igual que sean de
derechas o de izquierdas. En este país tenemos de ambos, respectivamente Vox y
Unidas Podemos. Siendo un 'amagüestu' de este último quien parece que tendrá a
Yolanda Díaz a la cabeza y que, de acuerdo con 'algunos' sondeos, estaría en
primera posición como presidenta preferida (22,3% de los votos), por delante de
Pedro Sánchez (16,4%), Pablo Casado (13,2%) y Santiago Abascal (7,6%). Los
populismos son nocivos sin paliativos. Tienden además a adoptar un lenguaje
nacionalista que les sirve para apelar al brote de los símbolos y las emociones
de las masas, con epítetos que se transforman en instrumentos de descrédito
recurrente, convirtiendo a los adversarios en enemigos que el populista 'debe'
erradicar, ya que representan una 'amenaza' que pone en jaque los intereses del
pueblo o una supuesta 'voluntad popular'. Los discursos interminables de Hugo
Chávez son un perfecto ejemplo. Bajo estos argumentos, el populista declara el
deber moral de conquistar todas las instituciones de modo tal que 'los enemigos
del pueblo' no puedan regresar al poder, autoproclamándose una especie de ser o
deidad infalible, que desconoce lo que es el error, convirtiéndose en nuestro
padre permanente al que todo debemos consultar y a quien debemos pedir un
permiso o bendición.
Resultan
'telepredicadores'. Uno se nos ha jubilado y se ha cortado la coleta. Ahora da
guerra por las tertulias, pero ¿nos acordamos del control que pretendía ejercer
sobre los medios de comunicación? No es solo que sean populistas, sino que ni
siquiera son demócratas y carecen de respeto por la voluntad y la opinión
individual de los ciudadanos. El populismo combina lo político con lo afectivo.
Grave. Siento arcadas cada vez que recuerdo ese discurso empalagoso y hueco
sobre la 'matria' que la futura candidata a presidenta nos soltó en la última
Semana Negra de Gijón, en la que figuró como ilustre y destacada invitada.
Esta perversa
combinación de lo político con lo afectivo acaba situando a la sociedad en
polos antagónicos, devaluando la democracia en nombre de la misma democracia,
para más inri rompiendo el orden institucional, criticando a los medios como
base de la retórica populista y utilizando el poder como herramienta personal
para repartir recursos y hacer favores específicos con el fin de ganar votos.
El/la populista busca encarnar la famosa figura del 'hombre/mujer-pueblo',
adoptando un perfil de tipo casi religioso. El populismo, sea de izquierdas o
de derechas, es siempre hostil al liberalismo y a los principios basados en las
libertades civiles, la división de poderes y la pluralidad de voces y esto es
lo único que nos puede traer progreso económico, estabilidad y prosperidad para
nuestra democracia.
Quiero creer que a
pesar de los muchos errores que hemos cometido en nuestra historia no somos un
país populista y no cometeremos semejante error. Una pseudocomunista vestida de
Gucci y más falsa que una moneda de tres euros no puede ser la primera
presidenta de España. Termino con una recomendación, por si no le he convencido
con 900 palabras: 'El manual liberal', de Antonella Marty (Editorial Deusto).
Se lo explica muy clarito en sus 470 prodigiosas páginas.