Vivimos para ser felices. No para ser recordados. Yo, al menos, lo veo así. La vida, cada día, tiene que tener su sentido y valer la pena. Todos los días. Hasta los sábados. O sobre todo los sábados. Esos que nunca vuelven.
Quienes piensan que lo válido es hacer para ser recordado, tal vez un día se arrepientan. Solo tal vez.
Parece ser que seré siempre recordada en el Repositorio Institucional Oficial de la Biblioteca de la Universidad de Oviedo. Y soy la primera persona que ha defendido una tesis doctoral en España de la temática que yo elegí en mi investigación doctoral.
No es lo más importante que he hecho en la vida, ni lo que más esperaba de mi vida, pero ahí está y me enorgullece estar y quedar aquí reflejada en mi alma mater, claro que sí, por los siglos de los siglos, amén.
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