Hace 12 o 13 años, una tarde en el Café de Gijón de Madrid, un asturiano de metro ochenta y nueve y practicante asiduo de pesas, estuvo a punto de partirle la cara por mirar, como no se debe, a una mujer que está acompañada. Finalmente no sucedió. Me alegro.
Es un grandísimo periodista y lo mejor que he escuchado sobre el resultado de la moción de censura de Abascal, ha sido esta mañana, en Onda Cero, a primera hora.
¡Y viva el vino!