8 de marzo es hoy.
https://elpais.com/sociedad/2021-03-04/la-igualdad-eje-transversal-para-la-universidad-2030.html
La igualdad,
eje transversal
para la Universidad 2030
El avance en la Academia es incuestionable pero
todavía esconde importantes brechas de género que corregir y techos de cristal
que romper
EVA ALCÓN SOLER
Fue un 8 de marzo de 1910, 700 años después de la creación de
las primeras universidades, cuando se publicó
la Real Orden de Instrucción Pública por la que se autorizaba a
que las mujeres pudieran matricularse, sin necesidad de permiso, en estudios
superiores. En la actualidad, poco más de un siglo después de aquella Real
Orden firmada por el rey Alfonso XIII, la presencia de mujeres en los campus
españoles es mayoritaria, con un 55,2% del total de estudiantes de grado.
Un avance incuestionable que, sin embargo, todavía esconde importantes brechas
de género que corregir y techos de cristal que romper. Por ejemplo, la
elección de los estudios universitarios aún responde a los estereotipos de
género, lo que se traduce en que las mujeres matriculadas en grados
STEM (por las siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y
Matemáticas) sean menos del 30% o que, por el contrario, en Magisterio
representen el 75% del alumnado. O que, a medida que aumenta el rango
académico, la presencia de mujeres se reduce: solo hay una mujer catedrática
por cada cuatro hombres y solo 9 de las 50 universidades públicas están
lideradas por rectoras. Esto solo es una pincelada de otros muchos datos y
porcentajes recogidos en múltiples informes y estudios sobre el Sistema
Universitario Español, que constatan que todavía hay desigualdades que
persisten en nuestros campus. Una realidad que tenemos el compromiso de
cambiar.
Por este motivo, la estrategia
Universidad 2030 —presentada en octubre de 2020 por la
Conferencia de Rectoras y Rectores de las Universidades Españolas (CRUE),
después de un amplio proceso de reflexión— incorpora la igualdad de género como
un eje transversal en la política universitaria. El objetivo es doble: por un
lado, seguir impulsando medidas para avanzar en igualdad en el ámbito académico
y científico y, por otro, promover desde la universidad una transformación
social y hacia una economía del conocimiento, que incorpore -a su vez- la
perspectiva de género.
Para ello,
tenemos la intención de impulsar, en colaboración con los gobiernos —central y
autonómicos—, una serie de medidas que nos permitan equilibrar la presencia de
mujeres y hombres en las diversas categorías profesionales del PDI; eliminar el
sesgo de género en el estudiantado y el PAS; corregir la brecha de género en la
investigación y seguir visualizando e impulsando el liderazgo femenino en la
investigación, la transferencia y la innovación.
Todo este
conjunto de acciones requiere de un denominador común: favorecer la
conciliación corresponsable porque, como se ha vuelto a evidenciar con la
covid, la brecha de los cuidados sigue siendo un obstáculo en la carrera
profesional de muchas mujeres. Eso que, de manera certera, la socióloga María
Ángeles Durán define como “tiempo expropiado a las mujeres” y que dificulta su
integración plena en el sistema social, y también tiene su impacto en el ámbito
académico y científico.
Creo,
sinceramente, que tenemos fortalezas suficientes para conseguir acortar estas
brechas aún presentes en los campus y consolidar la cultura de la igualdad en
todas nuestras misiones como institución superior de educación. La comunidad
universitaria en su conjunto está comprometida con la igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres. Así se constata en el trabajo que se realiza desde las
unidades de igualdad, los institutos de estudios feministas y de género y desde
los diversos grupos de investigación. Hasta la fecha tenemos identificadas las
brechas, se han de desarrollar instrumentos para corregirlas y hemos ampliado
las acciones de sensibilización. Además, contamos con un compromiso
institucional, dentro y fuera del ámbito académico, para impulsar políticas que
permitan esos avances y existe una agenda internacional que sitúa la igualdad
real entre hombres y mujeres como uno de los 17 Objetivos de Desarrollo
Sostenible.
Pese a todo
ello, el reto de avanzar hacia la igualdad real es mayúsculo y no estará exento
de dificultades y resistencias. Habrá avances y también riesgos de retroceso.
Siempre ha sido así. Pero el esfuerzo merece la pena. Y el momento es ahora.
Ahora que afrontamos desafíos como la transformación digital, la emergencia
climática o la nueva transición verde. Ahora que están en juego valores como la
justicia social, la tolerancia o la igualdad misma. Ahora que tenemos el
compromiso de las Universidades para que, a través de ellas, se garantice la
participación plena y en condiciones de igualdad de las mujeres y de su
talento.
Si tenemos
éxito, el beneficio irá más allá de las Universidades y será para el conjunto
de la sociedad, mujeres y hombres. La añorada Carmen Alborch lo tenía claro:
“La igualdad de género implica un cambio cultural, un trabajo incesante de
reconstrucción del mundo, que no es solo cosa de mujeres”. El reto,
como decía, no es pequeño ni será fácil. Pero solo es imposible lo que no se
intenta.
Eva
Alcón Soler es rectora de la Universitat Jaume I y delegada de la
Presidencia de Crue para Políticas de Igualdad.