lunes, 8 de marzo de 2021

Estupenda reflexión

 Pues tiene toda la razón. La izquierda, en sus orígenes, se ocupaba de temas relevantes. Ahora no. 

https://www.elcomercio.es/opinion/imponer-bien-20210307000802-ntvo.html


Imponer el bien

Rosa Belmonte
ROSA BELMONTE

Venga, la penúltima. La UGT va a estudiar en su congreso de mayo la propuesta de añadir 'trabajadoras' al nombre del sindicato. Sería Unión General de Trabajadores y Trabajadoras. Ganas de hablar y escribir más. Al menos trabajadoras es una palabra corriente, no es la horripilancia de juezas que encabeza la asociación Juezas y jueces para la democracia. O utilizar el 'les' como un tercer grado gramatical. Ni que fuéramos franceses. Hace tiempo que los sindicatos abandonaron la lucha de clases por... No voy a decir el marisco. La abandonaron por los pelendengues del nuevo feminismo. Y, por tanto, del lenguaje inclusivo. Pepe Álvarez, líder de la todavía UGT: «Debemos ser fieles defensores de la igualdad y eso debe reflejarse en nuestras actividades. Tenemos que coger esa bandera». Muy bien, al carril. Es curioso que el congreso se celebre en Valencia porque lo de la UGTT me va a sonar a Rafa Mora y su tete.

Escribe Alejo Schapire en 'La traición progresista' (Península) que el hecho de que el lenguaje inclusivo «sea caótico e incoherente y que no haya el menor indicio de que su utilización favorezca la igualdad de los hombres y las mujeres no parece tener la menor importancia». Que puede que «las recetas para imponer el bien no den los resultados esperados», pero eso «jamás ha sido un obstáculo para que el progresismo persevere en sus errores». Recuerda al tontín de Justin Trudeau: «Hemos dado otro paso hacia la igualdad de género». Cuando el Senado canadiense aprobó una ley para cambiar el himno nacional. Los 'sons' (hijos) fueron cambiados por 'us' (nosotros y neutro). Como diría Darío Villanueva, director de la RAE, el problema está en confundir la gramática con el machismo.