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La reputación de una mujer
A LA ÚLTIMA
Dolores Delgado es Fiscal General del Estado después de haber sido ministra de Justicia. Y tiene una relación con Baltasar Garzón. No es baladí porque Baltasar Garzón es un señor exjuez condenado por prevaricación. Siempre salimos con que en ningún país con reglas aseadas una Fiscal General del Estado sería novia de un juez condenado por prevaricación sin que pasara nada. Aquí no pasa nada. Leo a Mateo Balín que Delgado habló con Ángels Barceló sobre su reunión con Eduardo Inda y Manuel Cerdán (de 'OK Diario') en un piso de Garzón. Esa reunión que pilló un reportero de CXT y que me recordó a cuando en 'La Colmena' se encuentran José Bódalo y Victoria Abril (padre e hija), que van a un piso a hacer sus cosas. Sobre ese encuentro, que se justificó con una entrevista por las dos partes, dice Delgado que tiene una «política de transparencia, sin exclusiones». Y se va vas a un piso de Garzón. Para la transparencia, mejor tu despacho. O le pides el CamposMóvil a Mediaset.
«No creo que exista en este país una persona que haya tenido un daño reputacional más grande con algunas materias». Que si las grabaciones con Villarejo («Los medios se hicieron eco de aquello y pusieron el foco en mí»), que si esto del piso con Inda… Hombre, daño reputacional (palabro) es lo de Ciudadanos. Y más específicamente, lo de Ciudadanos en Murcia. El horror, el horror de 'El corazón de las tinieblas' es en Murcia, qué hermosa eres, el ridículo, el ridículo. No te quejes, Lola, que Inés está peor. Ciudadanos se hace autodaño reputacional. ¡Suicidarse por Murcia! Arrimadas es como Lola Gaos en 'Esa pareja feliz' cuando como digna reina se tira de un castillo al grito de «¡Muera conmigo el honor de Palencia!».
