miércoles, 2 de octubre de 2019

Vivir de vender

He tenido noticia del cierre de otra librería. Recuerdo que tenía su stand el pasado verano cercano a la Carpa del Encuentro de la Semana Negra de Gijón. Yo acababa de comprar libros de Marsé, Montalbán y Marta Sanz; este último en una sucursal de librería gijonesa, una de ellas que vende solo literatura de mujeres. No me fijé en eso porque, de haberlo hecho, creo que hubiera renunciado a la compra. No me gustan los ghettos. 
Tampoco me gusta que gente que pelea y trata de salir adelante con proyectos que le ilusionan, fracasen. 
Cuando voy por la calle con mis hijos, les pido que miren la cantidad de negocios que echan el cierre y que extraigan sus propias conclusiones. 
También les animo a que se dediquen a lo que les guste y que tengan vocación. Si la descubren. 
No es la primera, ni será la última librería que eche el cierre, desafortunadamente. Me apena mucho esto y hago lo que puedo por ello. Sigo comprando libros, incluso más de los que puedo leer, pensando en el día en que me sobre tiempo para ello. 


A ver si tras la jubilación, de los 70 en adelante...