miércoles, 30 de octubre de 2019

Autodidacta

"Mami, deja, que ya lo hago yo...."

Pues ella misma se peina cada día, y a mamá también. ¡Qué arte!
¡Y qué mata de cabello tiene mi niña! Como yo tenía a su edad. El cabello no solo cae a los hombres, sino también a las mujeres. La mitad del mío se lo llevó el stress de tesis y oposición y la otra mitad, las prolongadas lactancias maternas. 
Menos mal que yo también tenía mogollón, mogollón...

Algo queda. Aunque tal vez es mejor no haber tenido nunca ninguna belleza para no comprobar cómo se va perdiendo, cómo se va estropeando y cómo se va marchitando cada día. Un día tras otro. En caída libre de cabello y de todo lo demás. 

Yo no quiero vivir 200 años para ver lo que sucede con mi cuerpo  y con mi cara en tanto tiempo. Quiero vivir, o mejor dicho VIVIR, el tiempo que esté por aquí y que será menos que eso, afortunadamente.