martes, 15 de octubre de 2019

Turkish March




Mi hijo está estudiando ahora esta Sonata. Fue una de mis favoritas. Me encantaba tocarla. Puro clasicismo. Puro orden. Buena música: la mejor receta en el caos. 

Y también, ver a esta pareja de gigantes, por Asturias, paseando felices por mi Oviedín del alma, unidos por el amor y por la literatura, esto también ayuda en el caos. 

Enlace EL COMERCIO:

https://www.elcomercio.es/premios-princesa/letras/premios-princesa-asturais-paseo-literario-cena-20191015001850-ntvo.html

Premio Princesa de Asturias de las Letras | Paseo literario y cena en Oviedo



Siri Hustvedt y Paul Auster disfrutaron con Joanne Chory de un pitu de caleya en Gloria. Salman Khan, Sandra Myrna Díaz y Peter Brook también llegaron ayer

ANA RANERA
Siri Hustvedt fue la primera en llegar. Su aparición tuvo lugar ayer pasadas las 10 de la mañana, protegiéndose con un paraguas azul Princesa del orbayu. La escritora, Premio Princesa de Asturias de las Letras, llegó al Reconquista acompañada de su marido, el también escritor Paul Auster, quien recibió este mismo galardón en el año 2006. Ambos llegaron con las sonrisas dibujadas en sus rostos y con la ilusión compartida que supone recibir una distinción de tal calado. También fueron los primeros en disfrutar de la ciudad alejados de las cámaras y el protocolo.
Anoche disfrutaron de un paseo juntos por el centro de Oviedo, un momento perfecto en el que pudieron callejear en los alrededores del hotel y saludar a quienes les reconocían por la calle. También para posar para EL COMERCIO. Tal vez algún día conviertan, con sus palabras, Oviedo en el escenario de alguna de sus obras y lleven a las calles empedradas de Vetusta esas historias que puedan haberles inspirado los rincones que, desde hoy hasta el viernes, cuando ella reciba el galardón, vayan descubriendo. Pronto se les unirá su hija, que actúa el jueves en la Fábrica de los Premios.

Para rematar la jornada, la pareja entró a cenar al restaurante Gloria, en la calle Cervantes. A la velada se unió pco después Joanne Chory, que llegó en coche a las puertas del local de Nacho Manzano, donde los tres pudieron disfrutar durante dos horas de una animada conversación. Y mientras charlaban descubrieron juntos las bondades de la gastronomía asturiana. El pitu de caleya con arroz fue uno de los platos que quisieron probar, aunque tampoco se resistieron a las croquetas, al revuelto y al pescado frito. «Les encantaron todos los platos, salieron muy contentos», comentaban los trabajadores. La pareja literaria abandonó después el restaurante entre risas y regresó al Hotel de la Reconquista para descansar tras una jornada agotadora en la que comenzaron a disfrutar de la capital asturiana. Poco después saldría también Joanne Chory, con el mismo destino.
No fueron los únicos premiados en llegar. Pasadas las 15.30 horas hizo su aparición Salman Khan, Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional. El galardonado llegó a Oviedo acompañado de su mujer y sus tres hijos, quienes incluso se acercaron a jugar con las gaitas de la banda que estaba tocando a su llegada. La familia al completo derrochaba emoción y simpatía. El premiado aseguró a los medios que le esperaban a la puerta del Reconquista que, gracias a este galardón, «conseguiré más apoyo para la Khan Academy». Además, dijo sentirse «emocionado» por las actividades que se irán desarrollando a lo largo de la semana. que le permitirán acercarse a los alumnos asturianos. «Para mí esa es la parte más enriquecedora e inspiradora. Los niños son por naturaleza curiosos y yo me quiero asegurar de que siempre estén en un contexto en el que quieran aprender», manifestó.
Unos minutos más tarde, fue el turno de Joanne Chory, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica junto a Sandra Díaz. La galardonada, que camina ayudándose con un bastón, saludó a los congregados a su llegada efusivamente, pese a que aseguró sentirse «cansada» tras su largo viaje. Chory se mostró «encantada» en Oviedo, «es un sitio muy diferente al lugar de donde yo vengo». La premiada dijo que se sentía con ganas de empezar a realizar las actividades e hizo gala de esas ganas en sus sonrisas, sus saludos y sus miradas, que observaban con emoción todo lo que la rodeaba.
Sandra Díaz, Premio de Investigación Científica y Técnica junto a Joanne Chory, llegó al Reconquista poco antes de las 18 horas, junto a su pareja. De la mano y entusiasmados iban asimilando poco a poco, desde que se bajaron del coche todas las emociones que les estaban tocando vivir.
Peter Brook, Premio de las Artes, fue el último de la jornada en desfilar por el Reconquista. Llegó pocos minutos después de las seis, con los aplausos de sus admiradores y el sonido de las gaitas y los tambores de fondo. Con el cariño de los suyos alrededor y de sus seguidores se perdió por los pasillos del hotel.
Estos cinco galardonados aprovecharán la semana para entrar en contacto con los asturianos a través de las actividades que organiza la Fundación y según se vayan sucediendo las llegadas, se irán sumando el resto de galardonados al programa de actividades.
El desfile de premiados continuará a lo largo de la semana. Hoy será el turno de Aleksandra Dulkiewicz, alcaldesa de la ciudad deGdansk, Premio Princesa de Asturias de la Concordia, quien se prevé que llegue a Oviedo durante la noche. Mañana les tocará a Alejandro Portes, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales y Miguel Falomir, director del Museo Nacional del Prado. El jueves será el turno de los últimos: Lindsey Vonn, Premio Princesa de Asturias de los Deportes, y Javier Solana, presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. De este modo, el jueves ya estarán todos en Oviedo preparados para recoger al día siguiente el Premio Princesa de Asturias; una recompensa a las horas robadas a los suyos, a las noches en vela y a todos los sacrificios que conlleva empeñarse en hacer de este mundo un lugar mejor. Siri Hustvedt, Salman Khan, Joanne Chory, Sandra Díaz y Peter Brook ya están en Asturias. Todos ellos llegaron con los nervios a flor de piel, y es que no podían disimular en sus miradas el brillo propio de quienes al volver la vista no les queda más remedio que enorgullercerse de todo el camino recorrido. En su llegada al Reconquista, se iban dando cuenta de que todos los pasos para alcanzar el destino habían cobrado sentido y de que cada uno de los sacrificios realizados había merecido la pena para llegar a este puerto, que, para ellos, seguro que no será el último, pues todos siguen caminando para que cada vez su andar llegue más lejos.