lunes, 28 de octubre de 2019

El muerto al hoyo...

Los artículos de Carmen Posadas son para mí como un imán. Como los de Juan Manuel de Prada. Rectifico. Más los de ella. Mucho más. Con los de De Prada siempre me empiezo preguntando burlona: "¿Vas a volver a mencionar a Chesterton?". Lo leo, pero no me lo tomo muy en serio, en ocasiones. Me gusta su prosa barroca, cada día menos barroca. Lo fue. 
El caso es que Carmencita, con este último, me ha sorprendido, la verdad. Es muy discreta, aunque ya se le había colado algo en algún artículo anterior. 
Me gusta de ella, además de su pragmatismo y su inteligencia, lo bien que escribe. Y estoy de acuerdo en mogollón de cosas con ella. 
En esto no. Seguramente ella está acertada y yo no, seguramente es lo más práctico para la vida, pero yo no soy práctica en el amor. Soy romántica.

Soy práctica en el trabajo y en otras cosas, pero no en el amor. 
Un gran amor, el gran amor de tu vida, yo creo que lo es siempre. Tanto si está muerto, como si está vivo. Y si está vivo, lo único que deseas es que siga vivo, al menos todos tus días de vida, y que esté bien. Y feliz. Verlo bien y feliz. 



Yo no podría. Definitivamente no podría. 

Aunque nunca lo ha dicho directamente porque lo malo no se cuenta, su primer matrimonio, el de Carmen Posadas con el padre de sus hijos, no debió de ser muy feliz. Pero con Mariano Rubio, sí. Hubo mucho amor, en sus propias palabras en alguna entrevista. 
Ay, Mariano, Mariano. 

Queda claro, tras la lectura de este artículo que estás muerto, enterrado y olvidado. 
Una situación asimétrica porque para él, seguro que ella fue su GRAN y ÚLTIMO AMOR. Lo bueno no abunda. Parejas se pueden tener muchas, quien lo quiera, pero personas como Carmen, guapa, culta, educada, inteligente, mujeres con tanto que dar, no hay tantas. Ni tampoco hombres. Mucha "puxarra" hay, como decimos los asturianos, en ambos sexos. 

Lo bueno no abunda tanto, por eso no es tan difícil de reconocer. En absoluto es imposible verlo. 
Pobrecito Mariano. Lo mejor es que no se entera de nada. 

Dicho esto, me alegro mucho por ella. Es una mujer muy completa, con mucho que dar y que merece recibirlo. Y vive Dios que queda claro aquí que está muy feliz. O eso me parece a mí, leyendo entre líneas. Igual leo más de la cuenta...También puede ser. 

Vive l´amour!!

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