Ayer asistí al Concierto presidido por los Reyes de España en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. Me gusta pagar los conciertos a los que asisto y contribuir a financiar la ópera de Oviedo y la Filarmónica de Gijón. La cultura necesita apoyo económico. También compro libros; me gusta leer en papel y tengo más de lo que puedo leer. Tal vez cuando me jubile. Picassos en mi casa no tengo. No me llega el presupuesto.
Pero este concierto no se paga. Se asiste con invitación nominativa, el DNI entre los dientes, y pasando el escáner. Seguridad ante todo.
Un programa muy ameno de Ópera y Zarzuela.
Tampoco pude salir rápido para buscar a mis hijos, porque el cordón policial lo impide. No se puede salir del Auditorio hasta que no salgan los Reyes. Aproveché para hacer alguna foto de la Reina. Llevaba un palabra de honor en rosa palo con plumas. Yo elegí palabra de honor también, pero sin mostrar la espalda.
Nunca muestro la espalda en público y, mucho menos, el escote.
Cada mujer elige hasta dónde. Es preciso reconocer que el vestuario femenino es más complicado que el masculino, que es sota, caballo, rey. Y la cabeza de las mujeres también es más complicada a veces, dando vueltas a cosas innecesarias. Creo que me he ido masculinizando con los años en este último aspecto.
Dejo mis fotos y, mucho mejores, las de la galería de prensa de El Comercio.
Galería de fotos del concierto de EL COMERCIO:
https://www.elcomercio.es/premios-princesa/1500-asistentes-recital-auditorio-20191017210159-ga.html
Dos filas más atrás de mi butaca estaban algunos de los galardonados de los premios. Desafortunadamente no asistieron Paul Auster y Siri. Me habría encantado tenerlos tan cerquita. Estarían leyendo o escribiendo. Dos cosas sin las cuales, ambos dos, dicen no poder vivir.
A tope el escenario con instrumentistas y coro.
La Reina saludando a los asistentes.
Reportaje del Concierto en EL COMERCIO
Ramón Sobrino fue mi profesor de "Transporte y Repentización" en el Conservatorio de Oviedo. También es médico y desde hace años catedrático de la Universidad de Oviedo. Una cabeza privilegiada la suya y un excelente profesor.
Palabra de honor más subido y espalda cerrada.
