Este artículo fue publicado en el diario EL COMERCIO,
en su SECCIÓN DE ECONOMÍA, el 04/10/2019
La Bolsa española ha registrado esta semana un descenso del 2,77% que
representa la mayor caída en los últimos dos años, bajando de la cota de los
9.000 puntos. No sé si se puede aplicar aquello de “mal de muchos, consuelo de
tontos”, pero lo cierto es que no es la Bolsa española la única que lo ha
experimentado. La mayoría de mercados internacionales están en negativo y
nosotros no estamos aislados en el mundo. La incertidumbre política en España,
con repetidas elecciones (lejos quedan los tiempos en que las elecciones eran
cada cuatro años, ¿verdad?) ha sido una causa más para la debacle bursátil. Un
problema doméstico que se añade a los numerosos problemas internacionales. A
saber. En primer lugar, parece que el detonante de las fuertes ventas han sido
los datos del PMI (indicador de la evolución de la industria manufacturera)
tanto en Europa como en Estados Unidos que, evidentemente, ponen de manifiesto
que la economía global entra en un período de vulnerabilidad. La misión de las
bolsas, además de dotar de liquidez a los activos financieros, es realizar una
adecuada valoración de los mismos, y si lo que se prevé son bajadas en los
flujos de caja futuros, lógicamente se producen ventas que traen consigo
rebajas en la valoración bursátil.
Hay otros
muchos factores que están afectando a estas caídas que, como digo, son
generalizadas. Los mercados europeos también han
sufrido pérdidas entre un 2 y un 3% por estas turbulencias económicas que se
avistan en el futuro. En concreto, Londres cerró con pérdidas del 3,16%,
Fráncfort cayó un 2,51% y París un 2,9%, en el mismo día que se producía esa
tremenda caída en la Bolsa española. Sin lugar a dudas, la guerra comercial que mantiene el presidente americano
con el resto del mundo ha vivido un nuevo episodio, después de que la
Organización Mundial del Comercio (OMC) autorizase a Estados Unidos a imponer
aranceles a la UE por sus ayudas a Airbus y Bruselas amenace con contramedidas
si lo hace. A ello se suma la encuesta de empleo ADP que se dio a conocer y que
arrojó que EE. UU. creó 135.000 empleos, por debajo de los 140.000 que se
esperaban y del dato anterior, 180.000. La difícil coyuntura política que
atraviesa Trump tampoco ayuda a despejar la incertidumbre económica. La sombra
de la duda política en EE.UU. continúa estando presente y habrá nuevas
testificaciones sobre el juicio político a Donald Trump. En nuestro caso, dudas
políticas aquí en España tenemos todas, con un gobierno en funciones y una importante
sentencia pendiente frente a la que no sabemos cuáles van a ser la reacciones
ni sus consecuencias. En suma, temores bien fundados tiene la Bolsa española y
todas las demás.