lunes, 27 de septiembre de 2021

Tertulianos desequilibrados

Yo hablo mucho. Eso me dicen. Y en conversación, siempre tiendo a pisar el freno, de manera voluntaria o estar muy receptiva de cuándo el otro/a quiere intervenir. 

El problema no es hablar mucho. O escribir mucho. El problema es hablar y NO DECIR NADA. Entonces se entraría en la categoría de lo que llamo TRÓCOLA. Y escribí un artículo sobre ello.  Detesto a ese tipo de personas, con tal logorrea hueca. 

Hay mujeres que hablan mucho y no son trócolas, pero no saben pisar el freno, ni parece importarles nada que haya un interlocutor. No dejan intervenir al interlocutor, y si este es educado, o tímido, o simplemente se percata de que si hablan los dos a la vez no se entiende nada, pues no le queda otro remedio que callarse la mayor parte del tiempo.  

En este mundo de tertulianos por doquier, televisivos, radiofónicos, la labor del moderador es fundamental. Y si el moderador no reparte o atempera los tempos, el resultado es que la tertulia queda desequilibrada y habla una el 75 u 80% del tiempo y el otro queda de mera comparsa. 

Seguro que educadamente también se le puede hacer entender a la lengua de trapo. Porque seguro que es inteligente y lo entenderá, solo que si tiene una baja autoestima y necesita hacerse ver, notar u oír, - hay mujeres que es evidente que son así - pues sobrecarga el discurso por eso. Porque psicológicamente lo necesita, pero no es lo mejor para el resultado final de la tertulia. Es mi opinión.