Eso le preguntaría yo a quien lo escribe. Al margen de que yo decida o no hablarla, o cualquier otro asturiano ¿no merece un respeto? ¿Podemos pedir respeto los asturianos del resto si no nos respetamos a nosotros mismos?
Mis hijos lo han estudiado en el colegio y eso no les ha impedido aprender inglés y francés.
https://www.elcomercio.es/opinion/bable-alza-educacion-20210904012943-ntvo.html
El bable al alza en Educación
AL GRANO
La
consejera de Educación quiere que el bable «tenga cada vez más peso» para que
sea «un vehículo de transmisión». En la entrevista que se ofrece hoy en las
páginas páginas 20 y 21 de este periódico, Lydia Espina afirma que «las lenguas
son para comunicar». En efecto, este es el punto clave cuando se discute sobre
bilingüismo, trilingüismo (castellano, bable, fala) y cooficialidad. Las
lenguas comunican o dejan de ser útiles para la comunidad. En España, las
lenguas vernáculas constituyen sobre todo un rasgo identitario que se convierte
en arma política. En Asturias se va camino de reproducir el modelo tóxico de
otras regiones.
En nuestra comunidad autónoma el alumnado
o sus familias, cuando les dan a escoger, eligen otras opciones de forma
mayoritaria. La tendencia es decreciente. En Primaria estudian bable un 16%
menos de niños que hace diez años. En Secundaria, solo lo cursan el 14% en la
red pública y menos de la mitad en la concertada. En cuanto al Bachillerato, el
número de alumnos matriculado en bable es residual: 426 chavales en toda la
región (curso 2019-2020). La explicación es muy sencilla, el bable aquí y ahora
no es un vehículo de transmisión. O lo es en un porcentaje anecdótico. Ese
papel lo juega el castellano. El escenario bilingüe que plantean los partidos
de izquierda (más un diputado de Foro) es irreal. En ningún territorio con
lengua vernácula hay una diferencia tan grande entre los hablantes en
castellano y en lengua propia. El Gobierno asturiano tomó, hace 23 años, una
medida acertada para proteger el bable con la famosa Ley de Uso y Promoción del
Bable-Asturiano. Otra cosa distinta es que no se hayan desarrollado sus
potencialidades.
A partir de aquí se puede manipular el
plan de estudios para inflar la oferta de un producto que carece de demanda en
la calle. Pero que no se engañen los responsables de la Educación, si se quiere
recuperar la capacidad de comunicación que tenía el bable en la Asturias
preindustrial sólo tienen una vía: convertirlo en asignatura obligatoria, como
primer paso, para luego ir reequilibrando las horas de estudio, dando al bable
lo que se quita al castellano. En una segunda fase se aplicarían los programas
de «inmersión» y tocaría descubrir las aplicaciones que tiene el bable como
herramienta de empleo. No hace falta decir que para entonces sería el tema
estrella del debate político. Ese camino ya lo recorrieron varias comunidades
autónomas, teniendo como primera consecuencia la doble ciudadanía: unos de
primera y otros de segunda.