No tengo un lunar junto a la boca pero sí tengo los ojos prácticamente negros. Sonó en la radio de mi coche esta mañana; no recuerdo la emisora porque voy cambiando. A veces uno lee cosas que parecen escritos para uno, y otras veces las escucha y parece que suenan para uno mismo.
Así lo sentí esta mañana. Será que tengo los ojos tristes, no sé, por la vuelta al trabajo tras un largo verano, o por esta capota gris que tenemos instalada ahí arriba y el cielo color panza de burro todo el día.
Curioso vídeo con tantos guiris que no tienen ojos negros pero que les alegra el corazón. Y las chicas de la orquesta vestidas de gala...
Esa magia tiene la música. El cambio inmediato en el estado de ánimo.