jueves, 23 de septiembre de 2021

Asturianos y gallegos, primos hermanos

 Me parece lo normal. Que nuestro Estatuto se parezca al gallego. 

Lo nuestro no va de secesión e independentismo. 

Al respecto de ello merece la pena escuchar esto. Con coña catalana. Está bien tomar las cosas así. Es muy sano mentalmente. El problema es que es un problemón, en Cataluña, en el País Vasco y, por consiguiente, en nuestro país. La de catalán que he aprendido yo tratando de entender a los indepes. Sigo sin entenderles a ellos. El idioma sí. 

Sabino Arana (rac1.cat)

El Principado ve en el Estatuto gallego el espejo para la oficialidad del asturiano | El Comercio

El Principado ve en el Estatuto gallego el espejo para la oficialidad del asturiano

Barbón plantea también incluir en el texto el «reconocimiento expreso» de Oviedo como capital y sede de la Junta y del Principado

 


Si no se hubiera hablado de oficialidad, el Gobierno habría salido hoy con la reforma estatutaria prácticamente aprobada. Uno tras otro, la mayoría de los grupos políticos coincidieron en los planteamientos de inicio del Ejecutivo. Ya fuese en los más abstractos como actualización y modernización, u otros como los de ganar en autogobierno y asunción de competencias. Pero lo previsible, pasó. El asturiano rompió la baraja y dejó a los partidos divididos en tres bloques. Los del no, PP y Ciudadanos. Los del sí, PSOE, Podemos, IU. Y la tercera vía, Foro, para quien no está claro qué quiere el Gobierno. Para todos ellos, menos para Foro, la oficialidad del asturiano es una línea inquebrantable en la que ninguna formación está dispuesto a ceder. Por inclusión o por omisión. Vox es la única fuerza que no acudió ayer a Presidencia. Ni este partido está por la labor de participar en la reforma ni el Gobierno regional quiere que lo haga por su oposición a la España de las autonómicas.

Lo dijo el PP. «El asturiano no puede ser oficial en nuestra comunidad autónoma», subrayó su presidenta, Teresa Mallada. También Ciudadanos. «No vamos a apoyar una reforma que recoja la cooficialidad», afirmó su líder en Asturias, Nacho Cuesta.

En el otro lado, IU y Podemos señalaban que la oficialidad «resolver una anomalía histórica». Y, por si quedase algún resquicio abierto para el debate sobre esta cuestión, la portavoz parlamentaria del PSOE, Dolores Carcedo, cerraba el paso a las formaciones de derecha: «No vamos a renunciar a ello».

Hasta ahora, de lo que quería hacer el Ejecutivo con el asturiano solo se tenía el concepto de «oficialidad amable», que repite el presidente Adrián Barbón en las entrevistas. Ayer, afinaron un poco más. «Declaración de oficialidad del asturiano, con un tratamiento similiar para el eo-naviego en su exclusivo ámbito territorial, con previsión de que una ley de la Junta General regule el uso oficial y la protección del asturiano y del eo-naviego. Se tomaría como base el artículo correspondiente del Estatuto de Autonomía de Galicia», dice el punto 6 de las líneas básicas de negociación de la reforma estatutaria que el Gobierno difundió ayer a los grupos parlamentarios.

Esta redacción, que fue suficiente para colmar las expectativas de IU y Podemos, no lo consiguió con Foro Asturias. Su secretario general cree que «no aclara el modelo que pretenden», y recordó que su formación aboga por «la voluntariedad y no por la obligatoriedad».

¿Y qué dice el Estatuto de Galicia? El tema de la lengua está recogida en su artículo cinco. Por un lado recoge que «nadie podrá ser discriminado por razón de la lengua». Además, ahonda en que «los poderes públicos de Galicia garantizarán el uso normal y oficial de los dos idiomas y potenciaran la utilización del gallego en todos los órdenes de la vida pública, cultural e informativa, y, dispondrán los medios necesarios para facilitar su conocimiento».

Capitalidad de Oviedo

El documento de partida presentado ayer también aborda la redacción de un Preámbulo, la capacidad del Gobierno de disolver la Junta, o la regulación de las mociones de confianza o censura. La posible inclusión de la figura de los decretos-leyes no gustó a todos, aunque solo Foro reconoció «fricciones». Lo que 14 años después parece que ya no será un obstáculo es el reconocimiento de la capitalidad de Oviedo, que hizo descarrilar las reforma en 2007 con los socialistas levantados contra ello. Ahora, el mismo partido defiende que se haga un «reconocimiento expreso de la ciudad de Oviedo como capital y sede de la Junta, la Presidencia, y el Consejo de Gobierno.

Llevado esto a las mayorías parlamentarias necesarias para aprobar la reforma estatutaria, la cosa sigue igual que antes, en tablas. Se necesitan 27 votos a favor de los 45 diputados de la Junta. El bloque de PSOE, IU y Podemos suman 26. Y aunque a Adrián Pumares no le gusta que le pregunten por «el diputado 27», la aritmética vuelve a situarle en esa posición. Esto en el punto de partida, porque lo de ayer, solo fue la primera toma de contacto.

No parece que vaya a ir para largo. No se quiere. La izquierda es consciente que cualquier cambio en las Cortes Generales podría dar al traste con el desgaste que pueda suponer ahora la reforma estatutaria en Asturias. De aprobarse el texto en la Junta -barajan junio de 2022- este se remitiría a Madrid, donde tendría que ser aprobado por mayoría absoluta tanto en el Congreso como en el Senado. Si no hubiera adelanto electoral, el margen llegaría hasta otoño de 2023. A día de hoy, según los cálculos que echan Podemos e Izquierda Unida, se contaría con una mayoría suficiente para que el texto pudiera salir adelante.