Si tuviera que poner un calificativo a mi padre, lo primero que me viene a la cabeza es "inmaduro". Es mi padre y lo quiero como es, claro.
Como me percaté desde niña, supongo que por eso siempre he sido alérgica a los hombres inmaduros, a los adolescentes de 20, 30 o 50 y pico años que también los hay.
No me ha tocado ese tipo de hombres.
Un hombre serio, sí.
Y además, creo que quien reúne el valor de acercarse y dirigirse a mí, deja de ser un adolescente y un niñato. Y más tarde o más temprano se convierte en un H-O-M-B-R-E.