Enriquecen los
cereales con vitaminas.
Mi amigo el
pediatra Carlos Casabona los llama chucheales ,
porque tienen una gran cantidad de azúcar, les añaden vitaminas y minerales y
los disfrazan para que nos parezcan saludables, pero no son recomendables.
Habría que prohibir los regalitos en los paquetes
de comida.
Rotundamente, sí.
No solo los regalos sino la publicidad de alimentos insanos dirigida al público
infantil, una estrategia de marketing que se llama nag
factor (factor molesto) para convencer a los que no tienen criterio.
A los adultos también nos venden productos
con probióticos y vitaminas.
El engaño de la
salud: “Toma estos yogures que bajan el colesterol, o te ayudan a ir al baño, o
a elevar tus defensas”. Muchas empresas se aprovechan de un agujero que hay en
la Administración. Esas vitaminas y minerales están en alimentos corrientes que
consumimos de forma habitual en una dieta normal.
¿Hay que hacer cinco comidas al día?
No. Eso son
creencias que no tienen ningún fundamento. Una persona sana, sin obesidad,
debería comer cuando tenga hambre.
El pan se ha convertido en el enemigo.
Es un alimento
nutricionalmente bastante pobre, lo ideal es elegir pan integral.
Beber dos litros de agua al día es una tortura.
Eso viene de una
mala interpretación de los años 50 que estimaba esa cantidad media, pero
también se decía que parte de esos dos litros se obtenía de los alimentos. Hay
que beber en función de la sed a no ser que seas deportista o una persona
anciana que tienen el mecanismo de la sed deteriorado.
¿Qué hacemos con la barriguita cervecera?
El alcohol engorda,
solo aporta calorías. Lo saludable de tomarse un vaso de vino al día viene de
un estudio pagado por el sector. El alcohol es perjudicial en cualquier dosis.
Enséñeme a leer las etiquetas.
Mira el producto
desde la distancia: una caja de galletas no deja de ser una caja de galletas
por muchas vitaminas que tenga o aditivos que no tenga. Mejor deja las galletas
y come alimentos frescos y poco procesados que ni siquiera necesitan etiquetas.
De acuerdo, ahora miremos la etiqueta.
Hay que fijarse en
tres cosas fundamentales: la denominación legal de venta, que nos dice el tipo
de producto que es. No es una obviedad, porque no es lo mismo un fiambre de
jamón cocido que jamón cocido extra.
Entendido.
Lee la lista de
ingredientes que están ordenados según la cantidad en la que están presentes.
Si el primero es el azúcar, significa que es lo que más contiene. El siguiente
paso sería la información nutricional, que nos indica la cantidad de grasa,
azúcar...
¿Y
ahí, qué es lo destacable?
De nuevo,
perspectiva: no es lo mismo que la grasa proceda de unos frutos secos o de
aceite de palma. Y olvida los azúcares añadidos.
Hay quien engorda y apenas come.
Comen mal. Hay
quien piensa que comer bien es elegir productos light: fiambre de pavo en lugar
de frutas, verduras y hortalizas.
¿Leche sí o leche no?
Nutricionalmente es
neutra, los nutrientes que aporta como el calcio los podemos obtener a través
de muchísimos otros alimentos.
¿Desnatada, semidesnatada o entera?
Los últimos
estudios nos dicen que puede ser mejor tomar lácteos enteros que desnatados
porque sacian más y aportan nutrientes.
La pirámide de alimentos, ¿es válida?
Está desfasada, en
la base no deberían estar los cereales sino las frutas y las hortalizas,
contempla el consumo de alcohol y señala las patatas como saludables y
deberíamos reducir su consumo.
¿Qué recomienda usted?
Más frutas y
hortalizas, legumbres, frutos secos, cambiar las bebidas insanas por agua, las
harinas que sean integrales, aceite de oliva, menos sal, azúcares, carne roja y
alimentos ultraprocesados. Y disfruta comiendo.
Eso es básico.
Concédele tiempo a
la comida, charlando con compañeros en lugar de comer un sándwich triste y
anodino encima del ordenador.