Me resulta muy difícil elegir algo que me guste más o que prefiera de Chopin. Para mí es el creador pianístico por excelencia.
Probablemente esta sea para mí una de las obras chopinianas favoritas. Y cuando terminó de componerla y la envió a un amigo, también le dijo que era para él su composición más querida.
Liszt, que llegó a interpretar mejor que el propio Chopin su propia obra - la de Fréderic- decía de esta composición que era la odisea del alma de Chopin. Le conocía bien.
No se me ocurre nada mejor para escuchar en un día festivo para mí como hoy, aunque esté en mi despacho de Gijón, que regalar una fiesta a mis oídos. La grabación de Claudio Arrau que tengo en casa es maravillosa aunque como todas las suyas ralentizando tempos. Probablemente mi versión favorita de esta obra sea la de Zimerman, pero esta versión, más delicada y menos enérgica que la de Krystian también me gusta.
