Hoy es Sant Jordi. Lo más cerca que he estado de esa fiesta fue en el aeropuerto, al regreso de un crucero con mi madre, y pasé por el Prat para coger el avión de vuelta de Barcelona.
Al parecer, se intercambian rosa y libro en dicha fiesta, pero no tengo claro quien a quien y el qué. Nunca he estado.
¿El chico le regala a la chica un libro dedicado y ella le devuelve una rosa? Lo de la rosa ella a él no me cuadra mucho.
¿O es más bien el chico el que le regala la rosa a la chica y ella le regala un libro? ¿Y tiene que ser escrito por ella?
No tengo ni idea.
Yo no le regalaría una rosa a un hombre. Me parece ridículo.
Un libro, tal vez. Novelas no. No escribo novelas ni tengo intención de hacerlo. El mercado literario ya está lo suficientemente pervertido y degradado para meter más morralla.
Puedo regalar el libro de más abajo. También tiene su función. Como somnífero es letal, para quien no le interese el tema (la inmensa mayoría), y sin efectos químicos secundarios. No deja de tener su utilidad, aunque no sea literaria.
¡Feliz Sant Jordi a quien lo celebre!