Marta Sanz escribe bien sea lo que sea: un diario, un libro, un cuento, un artículo de prensa. Otra cosa es estar de acuerdo con ella, o no. Yo no siempre lo estoy pero me gusta mucho leerla.
Yo, de niña y de jovencita, no aguantaba escribir un diario. A veces, me apetecía escribir sobre algo vivido, pero no era constante en ello.
Y llegó un día, en 2016 que sí.
No sé porqué, o sí lo sé, pero no lo voy a decir. No todo se puede contar, y menos públicamente, si es un diario público.
El diario íntimo solo podría tener un lector. Varón, of course.
Lo siento por el orgullo gay pero yo soy heterosexual.
Diarista
Jamás he escrito un diario, pero lo escribo todos los días: esta columna
forma parte de él
Suelo usar estas columnas para comentar anuncios o facturas de la luz.
Enfermedades. Así volverá a ser. Hoy, aprovechándome de la imprevisibilidad que
hace visibles las alienaciones, para celebrar la semana de Sant Jordi, les
regalo una rosa y Heridas abiertas (Wunderkammer), de Begoña Méndez. El ensayo
trata de cuadernos secretos escritos por mujeres que se fragmentan para fundir
después sus pedazos dentro de una silueta estereotipada o subversiva, líquida o
mineral. Ser mujer y escribir un diario consiste en trazar una línea que va
desde el dedo del pie hasta el occipucio. Es escribirse identificando,...
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