Creí que el confinamiento me iba a dar para más literatura, pero
parece que toca más cine. No me gusta discutir. Practico la religión de
"lo que tú quieras". Y no es que no tenga ideas propias. Las tengo.
Claro que las tengo y las llevo publicando en prensa más de 10 años. Es que una de
mis ideas propias es que no me gusta discutir.
Me gusta dialogar, conversar,
intercambiar pareceres, pero no me gusta discutir.
Yo ya no discuto con nadie, ni
me enfado con nadie, ni espero absolutamente nada de nadie. Y este último es
un sistema infalible para no tener ninguna decepción.
No espero nada de nadie, salvo
de mí misma.
Por cierto, esta película es
excepcional. No es como la novela pero es trepidante.
Me encanta la escena en que la
ahoga y se ve reflejado en las gafas de la víctima.
Tengo ganas de leer "Mar de fondo", de esta
escritora. Rosa Montero siempre lo recomienda mucho y me fío de su criterio
literario.