sábado, 25 de abril de 2020

El panda de mis hijos

Me llamó la atención la noticia sobre el panda. Debajo, el de mis hijos, que siempre descansa en el porche a la espera de sus juegos. Yo me pongo sobre él, apoyando la cabeza, y directamente sobre la hierba, en lugar de la tumbona, para leer al sol. Es muy amoroso y se porta bien. No echa la pezuña a nadie y come "poquito". Se lo regalaron en un sarao a mi hermano Nacho y aquí se quedó. Demasiado grande para estar en un piso. Ocupa mucho. Me encanta achucharlo, y sentir su cuerpote grandón y ancho que me agarra, o que yo creo que me agarra, aunque sea yo la que me arrime a él. Me hace feliz su calor y su volumen.