martes, 10 de marzo de 2020

La Vérité. MARAVILLOSA



*La vi en versión original en el Centro Niemeyer de Avilés el pasado fin de semana. Maravillosa y absolutamente recomendable para mi gusto cinematográfico porque trata de cosas que me importan. 
Todos están estupendos. La Deneuve la que más. Fría y distante en su papel. 
La Binoche sin complejos de hija poco lucida ante la gran estrella, a pesar de su belleza natural. Me parece una mujer elegantísima. 
La versión original permite comprobar el extraordinario inglés de Binoche, además de su francés nativo. Habla en inglés con su pareja, el ex de la Thurman. 
Hay una escena extraordinaria y dantesca. Terrible y verdad, como la vida misma. No hago "spoiler" porque no es la final, pero es trascendental en la película. 
Cuando la bella madre le dice a su hija que sí, que fue a verla a la obra de teatro del Mago de Oz, y ella, la hija se emociona y está dispuesta a perdonarla, en ese momento de posible redención de la actriz, de la gran artista, declarando el amor a su hija y sintiendo esa emoción, luego, se da la vuelta y dice: "vaya podría haber aprovechado esta emoción para mi escena. Le diré al director de repetir la escena en la película". 

La cara que le queda a la hija, a Binoche, en ese momento merece un Oscar en sí misma. Es el reflejo de la monstruosidad de los artistas. 
Pero es así. O para algunos artistas es así. Las personas a su alrededor y las emociones que puedan sentir solo les interesan si están al servicio de lo que para ellos es un bien supremo, que es su arte. 
Al menos, en la misma película, Deneuve reconoce que le ayuda lo que vive a aceptar el precio de su forma de ser: la soledad. 

Bueno, pues si lo acepta y es lúcida en ese aspecto,  queda todo claro para ella. 
Si tiene oportunidad de verla, no se la pierda.