lunes, 27 de julio de 2020

Optimismo y salud

Siempre he pensado que ser optimista es mejor que lo contrario. Este artículo de XL Semanal lo confirma, también a nivel de salud, según una investigadora inglesa. 
Y no se trata de ser optimista naif, sino de enfocar la vida, y tomar decisiones con un enfoque positivo y animoso. Creo que es mejor así, o al menos, es mejor así para mí. Cada uno que haga lo que le venga en gana o estime mejor. 
Yo elijo ser optimista. Siempre. Optimista lo mejor informada posible, pero optimista. 
La primera frase del reportaje es brutal: "Había que ser muy optimista sobre el futuro para salir de la cueva, abandonar la tribu y adentrarse en lo desconocido en busca de una vida mejor". 

La frase es insuperable. Perfecta. Toda una declaración de intenciones de los seres humanos, no de ahora, sino de hace años y paños. 
Decía ayer el cura de la Basílica en su sermón en misa, que hay que pelear por lo mejor. Como explicaba la lectura de la Biblia. Y no es ambición. Y decía, muy acertadamente, que ahora no lo hacemos. El ser humano hoy día no lo hace; se acomoda; se conforma y se adapta a lo que quiere oír. A la verdad que quiere oír y que le encaja. Somos muy maleables. Unos más que otros.

Si la humanidad hubiese hecho siempre eso, no estaríamos donde estamos. Por consiguiente, en algunos cosas estamos involucionando, yendo a peor y no a mejor. 
Está claro. Y es verdad. Y no porque lo diga un sacerdote, sino porque lo dice alguien que observa el mundo de manera muy acertada e inteligente. 
No siempre hemos sido así. 

¡Ay Colón! Qué grande lo que hiciste con tres carabelas de ná, y ahora te quieren quitar la estatua.  Será posible.