lunes, 27 de julio de 2020

Esas mascarillas...

A ver si las mascarillas nos dan problemas de piel. Esperemos que no. Ojito los barbuditos y las mascarillas que parece que no casan muy bien, según el artículo de la revista farmacéutica. 
Yo, lo que no entiendo, son los que van conduciendo solos y llevan mascarilla. Tampoco hay que ser más papistas que el Papa. 
Yo no voy a trabajar en mi despacho en septiembre con mascarilla puesta.
Eso sí. Voy a trabajar cerrada a cal y canto. Siempre trabajo a puerta cerrada (hay gente que le encanta dejar la puerta abierta para mostrar que está currando en la Facultad, o no sé, no les molesta el ruido de pasillos y demás para concentrarse) pero yo ahora bien cerrada. Visitas solo con cita previa y si no queda otro remedio. 
Y el café de las 11 horas, que barrunto que mis compis, mis queridas compis, mayoría femenina retomarán, será sustituido por termo traído de casa. Como en mi etapa pre-doctoral. Recordando viejos tiempos, hasta que haya vacuna. Encierro laboral.