Ayer, cuando fui a tocar el órgano a la Basílica del Sagrado Corazón de Gijón, me encontré mayor aforo. Se incrementa en verano, normalmente, por los turistas. Y los castellanos son madrugadores para la misa.
Vivimos tiempos de cierre de discotecas nocturnas que reducen aforo, pero lo incrementan los lugares de culto y oración.