viernes, 17 de julio de 2020

¿Cantidad o calidad?

Que no te acuerdes de la ropa que llevabas un día especial de tu vida, puede tener un pase. Es lo habitual en la gente. 
En mi caso, recuerdo perfectamente cómo era mi vestido de la primera Nochevieja que pude salir con mis amigas, recuerdo la camiseta blanca que llevaba puesta la noche que el padre de mis hijos me sacó a bailar en el Náutico de Gijón, allá por el siglo pasado. De hecho, aún la tengo, y la conservo de recuerdo. 
Pero que no te acuerdes de eso...porque son tantos. 
Siempre he sido una defensora de la calidad versus la cantidad para todo, pero en esto, para mí es casi una necesidad. Y no lo digo por una cuestión moral en absoluto, sino por mera supervivencia femenina. Una mujer con la estratosférica belleza de Siri ¿ha necesitado tantos?, que son demasiados cuando ella misma reconoce que no se acuerda de buena parte.  
Pues ellos, a lo peor, sí se acuerdan. Y cómo es archi-famosa, igual le traen un problema. Nunca se sabe. 

Cada una hace lo que quiere, lo que puede y lo que necesita con su vida y con su cuerpo. Está clarísimo.  
Realmente tengo para mí, que con una autoestima medianamente bien armada, una mujer no necesita tal exceso, que es excesivo porque ni siquiera le supone tener un recuerdo. 
A mí no me pasa, desde luego. 

Tampoco seré nunca una novelista famosa. No tengo ninguna necesidad de escribir una novela, ni convertirme en una gigante, como repite ella 35 veces a lo largo del libro. 
Yo tengo la misma aspiración que tenía a mis 15 años, cuando me hice mujer. Exactamente la misma. Y no pasa por publicar novelas, andar de promoción, de festival en festival....pufff. 

Nada de eso.