...............
Cada instante de dicha
se paga con dolor
en proporción intensa y temblorosa
con la felicidad.
Cada tiempo que se ama tiene un precio:
agrias raciones de años,
moneditas por las que hay que luchar
y tesoros de lágrimas.
Durante un día o dos desconcertada,
turbada aunque sin miedo,
encontré en mi jardín
a una doncella a la que no esperaba.
Me hace señas y allí empiezan los bosques,
me llama y todo empieza.
Sé bien que en una tierra
así jamás he estado
Emily Dickinson