martes, 15 de mayo de 2018

La Campanella

¿No oye usted la campana? ¿Su martilleo?
¿No se pregunta usted, amable lector, cómo se puede hacer eso con un piano?
Yo sí me lo pregunto. ¡Vaya que si lo hago! Pasé mi infancia y mi juventud sentada a un piano y no dejo de preguntármelo: ¿cómo puede sacar este sonido al piano?

Esta obra forma parte de los Grandes Estudios de Paganini- S141/3. 

Absolutamente soberbio.
Absolutamente maravilloso.
Música. O mejor dicho, MÚSICA, con mayúsculas.

Una pena que cancelara en Oviedo por una tendinitis en la mano que le ha chafado la gira de este año. Además, es una persona amable, humilde y nada endiosado consigo mismo, a pesar de su nivel como artista. Por eso ha logrado difundir entre la gente la música clásica. 

Cuanto más ego desarrolla un artista y más desprecio siente por quienes le siguen, más bajo cae. Pierde con su actitud egocéntrica y estúpida lo que ha ganado con su obra, porque hay quienes parecen olvidar que se toca el piano, no para uno mismo, sino para otros. Para que lo escuchen. En caso contrario ¿para qué graban CDs los músicos o publican novelas los escritores? ¿Para despreciar o considerar que están por encima de quienes los escuchan  o los leen?

La humildad es una grandeza. No es virtud que abunde entre quienes viven del arte. Está claro. 

Lang Lang no es mi pianista favorito pero es indiscutible la sensibilidad y el talento especial que este pianista tiene para Liszt.

Chapeau!