viernes, 2 de julio de 2021

ECONOMÍA AZUL

Este artículo fue publicado en TRIBUNA DOMINICAL 

de EL COMERCIO el 27/06/2021


Soy economista y mi color favorito es el azul, así que podría parecer que el título de esta entrega está pensado para poner algo que me venga como anillo al dedo, pero no. El término Economía Azul hace referencia a un sistema de aprovechamiento de recursos marinos que respeta todos y cada uno de los mismos y que se integra en lo que llamamos economía circular, para dejar atrás un modelo lineal de extracción continua y desgaste de recursos.

En este contexto, todos los que estamos implicados en la sostenibilidad y desde nuestra pequeña parcela tratamos de contribuir a ella –las finanzas que buscan la sostenibilidad también existen, se lo aseguro– nos sentimos atraídos por esta Economía Azul, que se enmarca dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU para 2030.

Por ello, me pareció una excelente idea que EL COMERCIO organizase el 8 de junio, Día Mundial de los Océanos, las I Jornadas Gijón Azul. En un día, además, muy oportuno por la actual situación de nuestros mares y océanos. A saber: el 90% de las grandes especies marítimas de peces están mermadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos; estamos extrayendo más del océano de lo que se puede reponer y, a veces, el mar nos trae cosas indeseables a las playas. Los residentes en Gijón nos encontramos con demasiada frecuencia manchas negras en la playa, de origen 'no confirmado', podría decirse.


El artículo de José Manuel Balbuena (EL COMERCIO, 07/06/2021) me parece insuperable en este sentido. «Ponga un informe a medida en su vida». Las instituciones tirándose la pelota: que si del 'Castillo de Salas', que si de El Musel, que si me da igual de dónde. Lo que no me da igual es que las manchas de carbón siguen en la playa de San Lorenzo. O sí me debería dar igual a mí, porque no me baño nunca en esa playa: entre residuos sospechosos en el agua y arenita negra, prefiero la Isla de Ons. Soy medio gallega. ¿Seguimos queriendo que vengan turistas a Xixón tal y como está el arenal y el 'agüita amarilla' o marrón?

La Economía Azul busca proteger y preservar el océano y todo lo que sustenta para tratar de crear un nuevo equilibrio, arraigado en la verdadera comprensión de los mares y cómo la humanidad se relaciona con ellos. Dicen los sabios de esto que lo que nos está sucediendo –pandemia del coronavirus, que seguirá aquí, incluso sin mascarilla– es una consecuencia de cómo tratamos a nuestro planeta, al que se le llama planeta azul, porque los océanos ocupan tres cuartas partes del mismo.

Por eso, esta Economía Azul puede ayudar a construir una conexión con el océano que sea inclusiva, innovadora y basada en lecciones del pasado. En estas I Jornadas Gijón Azul, Marta March, jefa de área de políticas sectoriales del Ministerio de Ciencia e Innovación, señaló en su ponencia que había muchas políticas en marcha cuyo objetivo general eran el buen estado ambiental de nuestros mares, en las que tiene competencias ese Ministerio y también el de Transición Ecológica, que dirige Teresa Ribera, una ministra muy convencida de lo que tiene que hacer y muy preparada para ello, por mucho que algunos la llamen la «ministra nini», que ni ayuda a crear empleo, ni actividad, ni tiene vergüenza, por el tema de las tarifas de la luz.

Yo creo que muy poca vergüenza hay que tener para referirse de ese modo a alguien que, desde su ministerio, tiene unos objetivos loables e importantes, y que está poniendo en ellos el mayor de los empeños. Además, hay objetivos y políticas que están por encima de lo que puede decidir nuestro propio gobierno. El 'EU Blue Economy Report 2021' recoge el nuevo enfoque de la Economía Azul sostenible de la Unión Europea y se ha convertido en la referencia a seguir para todas las actividades económicas vinculadas con los mares y océanos en la UE.

En Gijón, estas actividades también tienen su importancia porque la Economía Azul genera un 14,2% del empleo gijonés y alrededor de 13.619 personas trabajan en actividades vinculadas al mar, incluido el turismo, con un peso que triplica al del conjunto de España, lo cual no está nada mal.

El Cantábrico es una fuente de riqueza, pero sin su conservación, la explotación resulta inviable. Todos podemos hacer algo en esa línea. Puede parecer ingente la tarea, pero siempre se puede contribuir. En las charlas de Angelina Jolie con Jane Goodall, la primatóloga célebre por su trabajo con los chimpacés, aunque Jolie llevaba un tiempo metida en su labor, cada viaje que hacía le parecía más frustrante a Jolie que el anterior y, en aquel encuentro, le confesó a Goodall su pesimismo. La primatóloga dio un golpe en la mesa y le dijo: «Siempre hay esperanza». Y le indicaba que estaba en una posición desde la que podía hacer mucho. Aunque la nuestra no sea la posición de la bella actriz, seguro que se nos ocurre algo para preservar nuestro querido Cantábrico. ¿Qué tal minimizar el uso de plásticos y no tirar nada indeseable al mar? Por algo se empieza, amable lector, si es que no ha empezado ya. La suma de los muchos 'pocos' que todos y cada uno de nosotros podemos hacer representa un 'mucho' para nuestro bello planeta azul y, desde luego, el planeta lo merece y nuestros hijos, también.