jueves, 15 de julio de 2021

Claudia en EL COMERCIO

Claudia se ha traído la gabardina. Sabía donde venía. Los veo un poco frioleros a algunos, no obstante. Será que aquí nos curte un poco el tiempo. 

Claudia Piñeiro: «El fanatismo religioso siempre queda lejos, nunca vemos el cercano» | El Comercio

Claudia Piñeiro: «El fanatismo religioso siempre queda lejos, nunca vemos el cercano»

La autora argentina es finalista del Hammett con 'Catedrales', una obra sobre la religión y la familia con una muerte sin resolver en el tiempo



M. F. ANTUÑAGijónMartes, 13 julio 2021, 21:58

Claudia Piñeiro (Buenos Aires, 1960) llega a la Semana Negra con 'Catedrales' (este miércoles se presenta, a las 21 horas, en la Carpa del Encuentro, con la colaboración del Aula de Cultura de EL COMERCIO), finalista del Hammett a la mejor novela de género policiaco, que se adentra en la misteriosa muerte de una mujer. Su familia busca los porqués y en el camino se destapan otros misterios de lo cotidiano en torno a la religión. Autora de teatro y cine y activista feminista, Piñeiro estrena en agosto serie en Netflix, 'El reino'.

–Familia, religión y crimen. Menudo cóctel.

–La novela de alguna manera trabaja en discutir los absolutos, y la familia y la religión lo son. Desde chicos nos enseñan a que no digamos nada, no nos quejemos porque es familia, y con la religión pasa lo mismo, hay cosas que no se pueden discutir.

–¿Por qué esta historia?

–Cuando hago una novela, siempre me aparece una imagen disparadora en la cabeza, pero sin que tenga claro las ideas que están por detrás. En 'Catedrales' fue una mujer que entra en una iglesia mojada, se sienta en un banco y está esperando un consuelo que no llega. Luego ya los personajes empiezan a hablarme, me muestran cuáles son sus confictos y van apareciendo las hermanas, la familia católica. En el proceso se mezclan un montón de cosas, pero yo prefiero que las ideas vayan por un camino más inconsciente.

–¿Es como una revelación?

–Esa es una frase muy religiosa.

–¿Cuál es la frase adecuada?

–Como vengo de Buenos Aires, donde todo lo psicoanalizamos, diré que viene de la materia de los sueños. Uno sueña con algo y no sabe por qué, tiene que ver con el pensamiento inconsciente. En mi caso se mezclan lecturas, vidas, escuchar a las personas, la violencia de género, el lugar de la mujer en la sociedad, el aborto... Todo eso está presente desde mi primera novela, pero los últimos años en Argentina hubo un debate más público y esos temas estuvieron ahí con la aprobación de la ley del aborto. Todo ello hace que descubras personajes de la política que te dicen 'estoy de acuerdo, pero cuando vuelvo a mi provincia el obispo me llama y me reta', y empiezas a sentir que los derechos de las mujeres son moneda de cambio para los políticos. De lo que hablo es de cómo la institución religiosa está compuesta por hombres y toman decisiones que afectan a las mujeres.

–O sea, componente social, suspense y entretenimiento.

–Sí, todas las novelas que escribo siento que tienen distintos planos. En unas está el plano policial más arriba y el personal, más abajo, y en esta creo que está bastante paralelo. A mí me interesa la novela policial de lo cotidiano, esos personajes que sueltan la soga que les sostiene de un lado y se van al otro. 'Catedrales' tiene mucho de suspense y forzamiento de los límites del policial clásico. La pregunta no es quién mató a Ana y por qué, pero justamente porque los personajes se lo preguntan se dan cuentan de que esas no son las interrogantes que llevan a la verdad, que son cuestiones relacionadas con su propia situación.

–¿Qué tiene una novela de catedral?

–Una novela es una construcción. La arquitectura es parecida a la literatura, hay que poner ladrillo sobre ladrillo para sostener un relato. La literatura trabaja además sobre las catedrales de cada uno: afectos, relaciones...

–¿Esta arquitectura se entiende mejor en Argentina o España o es universal?

–En cada sitio hay distintas estructuras que te obligan a encorsetarte en determinadas normas. Esta historia está referida a la Iglesia católica, porque es de donde procedo aunque me considero atea, pero creo que es universal. Quería que estos personajes pudieran mostrar qué es el fanatismo religioso, y resulta que siempre es el que queda lejos, el que vive en un lugar lejano y que habla un idioma que no entendemos y no vemos el que tenemos cerca.

–Escribe teatro, novela, guiones. ¿Cada historia tiene su lugar y su modo?

–Hay algunas historias que he contado como relatos que luego hice teatro y cuatro de mis novelas fueron llevadas al cine, pero cuando me pongo a escribir pienso qué voy a escribir y para mí no es exactamente igual. El teatro tiene algo más próximo a la poética que la novela, por ejemplo.

–Esta novela apunta a película.

–Cuando escribo no pienso si puede ser una película, pero me ha pasado ya cuatro veces. Sí tengo una opción para serie, pero estos procesos llevan tiempo.

–La ley del aborto se aprobó hace poco en su país. ¿Cómo está funcionando?

–Bastante bien. A veces miramos a Argentina desde Buenos Aires y en las provincias es más difícil, pero hasta ahora no ha habido demasiados problemas.

–¿Cómo ve el feminismo en el mundo?

–Tenemos que aprender que hay distintos problemas y distintos feminismos. Los problemas de América no son los de Europa o los de Asia. Una vez estén satisfechas cuestiones primordiales que tienen que ver con el cuerpo y la vida de las mujeres, hay un tema a resolver que son las leyes de cuidado, es decir, el trabajo gratuito que hacen las mujeres para que el sistema capitalista funcione. Los estados tienen que ir pensando cómo van a hacer para que las mujeres no sigamos trabajando más que el resto.

–¿Cómo ha vivido la cultura de su país la pandemia?

–En términos económicos ha afectado muchísimo. Los libros se siguieron vendiendo, pero el teatro o la música lo han sufrido más. Va a costar la recuperación.

–El 13 de agosto en Netflix se estrena 'El Reino', de la que es coautora y creadora junto con Marcelo Piñeyro.

–Estamos emocionados. Es un thriller político sobre un partido de derechas que no tiene votos para que su candidato sea presidente y se une con un pastor evangelista con muchos seguidores y en medio de la campaña matan al político y queda como candidato el pastor.

–No para de trabajar.

–No, estoy con la segunda temporada de la serie, adaptando una obra de teatro y con otra novela.