Sus reflexiones sobre muchos temas son de lo más lúcido y estas también. Sin duda.
https://www.elcomercio.es/opinion/irreversibla-20210625002717-ntvo.html
'Irreversibla' (1)
En la Transición eran una minoría casi
testimonial, hasta 2012 una facción notable por su ruido y hasta las últimas
elecciones jamás ganaban votos, pero ahora ya sí
COSME CUENCAViernes,
25 junio 2021, 04:43
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Mientras España duerme Catalunya espera. Los héroes ya están en la calle.
Han purgado, han entrevisto la palma del martirio pero retornan al 'carrer' fortalecidos
por el sacrificio por la patria y la victoria moral que les otorga un perdón
que desprecian, mientras el constitucionalismo, vale decir España, se muestra,
más que dividido, desgarrado. Seguras, a medio plazo, de la independencia la
derecha y la izquierda soberanistas tratan de liderar un proceso que sienten
como irreversible. Discuten y discrepan pero saben lo que tienen en común. Y
además de la irrefrenable pulsión soberanista lo que tienen en común es ninguna
prisa. En la Transición eran una minoría casi testimonial, hasta 2012 una
facción social más notable por su ruido que por su número, hasta las últimas
elecciones jamás ganaban en votos, pero ahora ya sí. Ya pasan del cincuenta por
ciento del electorado, pronto serán dos tercios, ¿necesitarán llegar a tres
cuartos o no será necesario?. De momento no tienen que hacer nada, solo
esperar. La situación social catalana rueda sola hacia el objetivo: la escuela
pública catalana es un vivero fecundo e inagotable de independentistas y en el
espacio público hay un solo discurso.
Así que por qué no. Vayamos a esa 'mesa de diálogo', hagamos el paripé en
pro de 'presus' y 'exiliats', pongamos al Estado a nuestra altura -Catalunya
versus Espanya- y, sobre todo, mostremos al mundo que toda negociación es inútil,
que nunca permitirán los españoles que los catalanes decidamos nosotros solos
el destino de Catalunya porque dicen que también es el destino de Espanya y
también quieren participar en la decisión. Algo 'inaceptabla e inadmisibla. Ens
carregarem de raó e ho turnarem a fer'.
En la otra parte de la 'mesa' la misma convicción -de aquí no saldrá nada-
y el mismo objetivo: ganar tiempo hasta el veintitrés. Y obispos y empresarios
catalanes y sindicaleros y amigos de la capa, acatan y propician, qué persona de
bien va a oponerse al diálogo.
Bueno, pero ¿y si el soberanismo entrara en razón y se conformara con un
nuevo Estatut lleno de privilegios vasconavarros? Pues verá usted, para eso hay
dos problemas gordos: de la parte de acá que ya tenemos el culo muy pelao de
que nos robe Sabino Arana como para que ahora lo haga también Francesc Maciá;
al día siguiente todas las autonomías ricas querrían lo mismo. Y de la parte de
allá hay demasiado camino recorrido, se ha activado demasiado el 'som
diferents', que traducido significa, como todos sabemos, 'som superiors'.
Hace tiempo que en el espacio público catalán hay un solo discurso, el independentista. Media Cataluña permanece acoquinada y muda. Cabe preguntarse si tal situación es reversible, si aún puede hacerse algo para que esa Cataluña enmudecida salga del armario y a partir de tal hecho pueda llegar a revertirse el galopante incremento social del independentismo en Cataluña.
Pues veamos. Es el caso que, hasta ayer mismo, la población castellano parlante era mayoritaria en Cataluña. Esta población ve, sin embargo, vulnerado un derecho elemental y reconocido no solo por ley sino por repetidas sentencias judiciales, el de que sus hijos sean educados en su lengua materna, el castellano, lengua oficial allí también. Para mostrar a los catalanes no independentistas que no son ciudadanos de segunda en país ajeno bastaría proponerse algo muy sencillo y, al parecer, muy difícil: hacer cumplir la ley en Cataluña, es decir, permitir que las familias elijan la lengua vehicular en la educación de sus hijos debiendo, naturalmente, acabar dominando las dos lenguas oficiales. Por supuesto cabría esperar una oposición frontal y una resistencia encarnizada de los 'buenos catalanes' que, como todos los nacionalistas exacerbados, sentirán el respeto a los derechos ajenos como agravio a los propios. (Como no tienen confianza en la salud del catalán en régimen de libertad lo hacen obligatorio).
Y a partir precisamente del proceso de imposición de la ley sobre el abuso establecido podría alcanzarse la catarsis liberadora que empezara a revertir la dictadura social soberanista priorizando los derechos de los ciudadanos sobre la imposición de la lengua. En cuanto la confrontación bajara al plano de los responsables individuales de las decisiones académicas y estos vieran peligrar sus empleos y sus sueldos ¿cuántos de ellos se obstinarían en incumplir la ley?
Ahora bien, si esta iniciativa se percibiera ya como provocadora o agresiva y no solo desde el catalanismo sino, incluso, desde el propio constitucionalismo apaciguador entonces apaga y vámonos. Si el Estado sigue inhibiéndose en su responsabilidad de preservar los derechos más elementales de una parte de la población ésta terminará de asumir su extranjería y el independentismo afianzará su creencia de que Cataluña le pertenece. Y cuando alcance los dos tercios o los tres cuartos de la población, evolución demográfica mediante, la España que conocemos estará lista para la sedación final porque ¿qué legalidad constitucional se le podrá oponer entonces?
