La verdad es que me convence, y estoy totalmente de acuerdo.
Cuanto más horizontal, más equilibrio inter-pares, mejor. Mucho mejor. Sin duda.
“Tener
pareja no es fácil... ni imprescindible” (lavanguardia.com)
ARUN MASUKHANI
Cásese
con un horizontal
La pareja es cuestión de geometría.
Lo explica Mansukhani con las manos en la próxima Videocontra . Las relaciones
inmaduras son verticales: uno cuida y el otro es cuidado. Y madurar es hacerlas
horizontales, de poder compartido. Hay quien se siente más seguro dominado y
buscará dominadores. Y viceversa. Pero si encuentra un horizontal, cásese con
él, porque, además, es bueno en la cama, ya que gestiona mejor la ansiedad que
nos genera la intimidad física a la mayoría. Cada vez exigimos más a la pareja,
porque la hemos hecho depositaria de la proximidad que restamos a las demás
relaciones, amistosas, sociales y religiosas. Así también aumenta su
idealización y los chascos al vivirla. Y llega la ruptura inevitable, que para
ser sana requiere que veamos a nuestros ex como queremos que ellos nos vean a
nosotros.
Se puede vivir bien
sin pareja?
Rotundamente sí,
pero no sin vincularte a otros humanos de forma profunda.
¿El sexo sin
relación de pareja puede ser tan satisfactorio como con ella?
Sí y
estadísticamente es más probable.
¿La pareja puede
realizarse sin sexo?
No en nuestra
concepción posmoderna de pareja, porque la relación sexual es la esencia que la
distingue de la mera amistad.
¿Así que follamigo
es un oxímoron?
Más allá del sexo,
otro ingrediente que hemos confinado en la pareja es la intimidad.
¿Intimidad es poder
ir al baño juntos?
Es el roce intelectual, afectivo y físico. Y aquí vamos rechazando ese contacto con quienes no son pareja ni familia, aunque los apreciemos. En Marruecos vas con los amigos de la mano seas gay o no. En Londres es de mala educación un abrazo o palmearse la espalda.
¿La familia y con
ella la pareja son la última religión de Occidente?
Son la última
institución que nos vertebra y el reducto de esa intimidad física, afectiva,
intelectual... Esa conexión sin la que los humanos somos desgraciados.
¿Antes tenías otras
personas cercanas?
Hoy la pareja
soporta esa necesidad de intimidad que repartíamos entre religión, amistades,
comunidad. Además, esperamos que colme nuestras necesidades sexuales,
reproductivas, afectivas, sociales, de recursos...
Y rituales. Como no
vamos a misa, ritualizamos, por ejemplo, una cena en pareja.
Es una misa de amor
con su ropa, velas, música. La pareja se ha vuelto tan importante que la
idealizamos. Y al vivirla llegan los chascos.
¿Enamorarse es
asegurar el desengaño?
La pareja empieza
cuando acaba el enamoramiento. (?????) Y de ese desengaño a veces sale una relación
mejor que la soledad.
¿Cómo se mide el
éxito de una pareja?
Antaño por
descendencia y patrimonio, hoy por la riqueza de sus experiencias: el viaje, la
cena, esa ocasión juntos tan especial...
¿Y cuando un día
deja de ser tan especial?
Depositamos tantas
esperanzas en la pareja que muchos se desequilibran por mantenerla más allá de
lo razonable. Y sufren.
¿Qué les aconseja?
Para empezar,
analizamos si estarían mejor sin su pareja y si mantenerla les perjudica.
¿Y si sufren
juntos, pero más separados?
La terapia de
pareja ayuda a que vivirla no sea un desastre, pero también a que no lo sea
romperla. Se puede romper de forma sana.
Defina “romper de
forma sana”.
En una relación
sana ninguna persona cosifica a la otra, sino que le otorga un estatus igual al
que se da a sí misma. En la ruptura, igual.
¿Por qué nos
llevamos tan mal con los ex?
El gran error en la
ruptura es el de atribución: culpar al otro no solo de actuar mal a veces sino
de ser mala persona siempre. En cambio, creemos que nuestras reacciones solo
responden a sus maldades. Y es recíproco.
¿Por qué?
Demonizamos a quien
hace un año era la persona más maravillosa del mundo. Hare explica que en la
ruptura pasamos de la empatía a la sociopatía de forma psicopática.
¿La pareja no es
fácil ni imprescindible?
La pareja no es
fácil ni imprescindible, pero la estamos haciendo cada vez más, de ahí que haya
más rupturas patológicas tras prolongar relaciones indeseables.
¿Por qué nos
obcecamos en tener pareja?
Porque hemos
olvidado la relevancia de la intimidad sin pareja para los humanos.
¿Necesitamos amar
no solo en pareja?
Bueno, los budistas
de mi familia, en cambio, practican el desapego –no te aferres a ninguna
relación y así no sufrirás cuando acabe–, pero mis parientes tántricos les
replican: “Si no quieres sufrir, conviértete en piedra”.
¿Una pareja budista
nunca se pelea?
La pareja es conflictiva per se y las que no discuten es que no crecen, (?????) tampoco como personas. Ese puntito de energía y tensión moderada y gestionable es la sal de una relación.
¿Cómo encontrar a
quien te haga crecer?
No elegimos pareja
conscientemente ni sabemos los mecanismos. Pero sí que para formar una pareja
que sume antes hay que aprender a estar solo. Elegir desde la carencia es la
receta para la frustración mutua.
¿Cómo es una
relación de pareja sana?
Horizontal, pero
puede haberlas verticales. Las modelamos sobre la de padres-hijos, que es
vertical, aunque en alguna sean los hijos quienes se pongan arriba. Madurar es
ir haciéndola horizontal y compartir el poder.
¿Cómo?
Cuidando y siendo
cuidado. Hay quien no puede ser horizontal por su pasado y busca su
desequilibrio complementario. Si son sumisas, buscan dominadores, y viceversa.
¿Reproducen la
relación de sus padres?
Son estrategias y
pueden corregirse. Hay dependientes cuya autoestima depende de la opinión del
otro, contradependientes evitativos que no quieren compromiso,
y celosos que temen el abandono. Descubrirlo y conocerse es empezar a
mejorarlo.