Y además de verdad. Azar, puro azar. Caos en el que pretendemos encontrar un orden, una lógica, un sentido a la vida y a nuestra propia trayectoria vital.
Sin lo que vio un veinteañero en ese bar y luego remató en el Náutico, esa niña y su hermanito no existirían.
Cierran muchos bares, pero La HABANA y El NÁUTICO, ahí están. Siguen al pie del cañón y sobreviviendo años y pandemia.
Feliz de la vida paseando este fin de semana con mi princesita por la Semana Negra. Semaneando en buena compañía. Las lectoras somos mujeres en mayoría y por aquí, se cumple la regla también.