La verdad es que si fuera por mi trayectoria vital personal, llegaría a la conclusión de que los hombres no saben bailar, no les gusta bailar, o les da vergüenza.
Mi primer novio todavía hacía sus pinitos y algún esfuerzo; mi esposo, un desastre. Lo comprobé el primer día que me sacó a "bailar" o algo parecido a bailar. Además, no le gusta y es tímido.
Pues no.
Ser un fascinante bailarín, el rey de la pista, el centro de atención de todas las nenas, que empiezan a tener ojos solo para él como en esta escena y dejan a sus parejas, que el imán esté en los movimientos de su cadera y la cara dura de ponerse en el centro de la pista y "creerse" el más guapo del universo, como que no.
No es mi tipo. Ni me interesa eso.
Que una le interese y que sepa llegar a ti, de la manera adecuada, que es la palabra, eso sí es determinante.
Lo primero es el Verbo. Y luego el Verbo, si se maneja y denota una inteligencia despierta y personalidad, tal vez, puede hacerse carne.
La carne de bailarín, si es poco más que bailarín....como que no.