Llegados a este punto, podría tocar hacer balance individual.
A nivel sanitario, perfecto. Sana como una manzana asturiana. Ni a mí, ni a nadie de mi familia nos ha tocado este bicho.
A nivel económico, ahorro y más ahorro. Si los ingresos se mantienen, o suben como en mi caso por quinquenios y trienios, y los gastos bajan, por menos vacaciones, menos restaurantes, menos gastos culturales...pues se ahorra más. Una oportunidad de ayudar a un hermano, para quien las cosas no van tan bien. Y que te diga eso que ya sabías: "que eres la mejor hermana del mundo".
A nivel laboral, pocos años de mi vida académica han sido tan productivos como este. Además de solventar el trance de la docencia de este tipo on line sin problema alguno, he publicado dos artículos de investigación, uno de alto impacto, un libro de docencia y he cerrado la dirección de una tesis doctoral que verá la luz el próximo año y hay otra en camino, además de un contrato de transferencia de conocimiento muy importante con Bolsas y Mercados Españoles en Madrid que es un honor profesional para mí. Y por supuesto, he seguido colaborando con el diario decano de la prensa asturiana, con artículos de economía, de lo divino y lo humano, aportaciones semanales al blog económico y el canal de vídeos de Economía.
A nivel personal, tristeza. Alguna pérdida importante e irreparable, y buscando la forma de superar el dolor. El trabajo siempre ha sido para mi un buen refugio y una muleta en momentos difíciles. Y por supuesto mis hijos, una fuente continua de alegría y satisfacción. Me siento la madre más afortunada del mundo. Tengo mis razones.
