lunes, 20 de mayo de 2019

Naufragó llegando a puerto

Cosme Cuenca es, sin duda, uno de los articulistas más brillantes que tiene EL COMERCIO. Su inteligencia y lucidez le llevan a escribir columnas realmente sensatas y que aportan visiones muy interesantes. A mi madre le encantará este artículo, sobre todo, porque no le gusta nada que sus nietos estudien "asturianu". A mí me parece que estudiarlo, dado que se lo ofrecen en el colegio, no les va a impedir hacer los exámenes de Cambridge de inglés, ni hablar francés, además de su lengua materna. El artículo, en su razonamiento en contra del asturianu iba muy bien hasta que lo fastidió al llegar a puerto, cuando dice que es como el latín. 
A mi me parece que aprender latín, sobre todo para quien se dedica a las Humanidades es algo básico. Pero el latín no se habla. Esa es la diferencia: que el asturianu sí. Yo iba a casa de mi abuela materna y era de un tipo; iba a casa de mi abuela paterna y era de otro tipo, pero desde luego hablaban otra lengua que no era lo que hablábamos en Oviedo. Mi madre nos lavaba la boca con jabón si se nos escapaba un "ye". 
Sería absurdo afirmar que existe una equivalencia con el gallego o el catalán. Ojo que lo del euskera se lo han currado de lo lindo, porque una lengua tan difícil, la hablaba muy poca gente y han hecho por enseñarla y recuperarla. ¡Vaya si lo han hecho! Tengo una compañera de trabajo de una cierta edad, nacida y criada en Bilbao y no habla ni una palabra de euskera, así que eso lo explica todo, creo yo. 
Y ¿por qué el asturianu no se puede proteger y enseñar? No me entra en la cabeza. 
Hasta el mejor escribiente echa un borrón. Te seguiré leyendo, Cosme. Sin duda.