El pasado lunes asistí con mis hijos a este concierto de violonchelo y piano. También se unió mi madre. Y el osito Harrods, que vino de Londres y es del Chelsea. Y no pagó entrada. Mi violenchelista y mi pianista favoritos, o sea, mis hijos, disfrutaron un montón del concierto. Eran "bichitos" raros en las butacas del bello Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, donde la media de edad es la tercera edad.
Magistral la intepretación que hicieron a dúo de la Sonata de Rachmaninov en la segunda parte. Digno de escuchar.