viernes, 3 de mayo de 2019

Controlando fobias

Recuerdo que la primera vez que subí a un avión fue una fiesta para mí. Estaba feliz. Como mis hijos, cuando hemos viajado a las islas. Yo quería llorar ese día. 
Intento controlar el asunto pero desde que soy madre, cada día me gusta menos subir a un avión. Si es territorio nacional, prefiero ir por tierra, aunque no siempre puede ser así. 
Las vistas son preciosas pero no puedo dejar de pensar cada vez que me subo que puede ser lo último que vea.


Y esos molinos de viento a lo lejos, que no son gigantes....