Yo creo que el fútbol es casi una religión para quien cree en ello. Loriga lo explica bien aquí y, por lo menos, reconoce lo sobredimensionado que está el fútbol en los medios. Hablar de Deportes es hablar de fútbol y una pequeña porción para algo de otro deporte muy destacado.
A mi hijo primogénito, bien pequeño, no le gustaba el fútbol. Y no se le daba bien. Yo no le di ninguna importancia pero su padre sí. Le dejé hacer. Supongo que como mujer ajena al fútbol, asumí que había cosas que no podía entender: que si Campus veraniego de Mareo, donde entrena el Sporting de Gijón, que si juegas en el patio del cole, que si esto, que si lo otro...Y ahora creo que hice bien. Le dejé hacer. Le dejé que le llevara a esa religión que para nada llamaba su atención. Y hoy es mi hijo quien informa a su padre de todos los resultados, de cómo quedó tal equipo, aunque sea menor. La pasión futbolística decrece con los años y en mi hijo está subiendo cada día más. Un niño que no le gusta el fútbol, que no queda para jugar al fútbol con sus amigos, tal y como está montada la sociedad se pierde parte de esa religión que parece unir a los hombres. Y que les divierte.
Y eso sí: de religión y de dios futbolero parece ser que no se cambia. El que lo crían del Real Madrid, será del Real Madrid toda su vida. Otras cosas tal vez cambien pero esa no. Igual es esa la única pasión verdadera de los hombres, a la que son totalmente fieles.
Los futbolistas, no tanto. Algunos mercenarios cambian de chaqueta, que lo se yo y paso olímpicamente del fútbol. Bueno, prefiero que gane el F.C. Barcelona porque así mi hijo está contento, pero nada más. Y los futbolistas, algunos de ellos, yo creo que el que más siguen es el color del dinero. Poderoso caballero es Don Dinero...
