Hoy tenemos, como se anunciaba, un día lluvioso y tristón en Xixón. Poca cosa se puede hacer. Mi niño se fue de casa feliz como unas pascuas a su plan de sábado tarde: jugar una partida de ajedrez, mínimo de tres horas, con un señor de 84 años, que le toca hoy. ¡Qué planazo! Pero él, encantado de la vida. Me conformo con que no le de un susto de muerte al paisanín, con un jaque mate, y termine el "probe paisanu" en el Hospital de Cabueñes. La verdad que no le veo mucho sentido a estos torneos globales. Creo que es más equitativo por edades, pero mi querubín quiere jugarlo todo. Y mañana el clásico de fútbol. Finde completo.
