Ayer viernes tuve que ir a Oviedo. Fue una jornada estresante y además llovía un montón por la autopista. Me pinché a Pinchas Zukerman, en este maravilloso concierto de violín y todo fue mucho mejor. La música para mi no sólo es un arte, es una droga. Y la buena música es droga de la buena que me hace sentir en el cielo, o casi, casi....