miércoles, 25 de julio de 2018

Para la buchaca veraniega

Resulta que el otro día, rebuscando en la librería de casa entre mis novelas en francés, leídas gracias a la graciosa autoridad de la Escuela Oficial de Idiomas de Oviedo, me tropecé con esta novelita. No sabía ni que la tenía. Eso de formar bibliotecas por gananciales tiene su aquel. Es de mi esposo, evidentemente. O de ambos ahora. Recuerdo que vi la peli hace añísimos y no me acuerdo de gran cosa. Hacían una cosa rara encima de la mesa, con harina o no se qué. La novela no la he leído pero como es ligerita y playera y no creo que requiera la prosa gran concentración, pues me la llevo de vacaciones en la bolsa de playa. Con mi lujoso ejemplar de La Regenta no se me ocurriría hacer tal cosa, evidentemente.