martes, 17 de julio de 2018

Iván el Terrible versus Gérard

Mi primogénito llegó ayer, 16 de julio del Campeonato Nacional de Ajedrez y estamos muy contentos porque ha hecho un gran papel a lo largo de toda la semana. Ha jugado el torneo general y el de rápidas. En este último, ha quedado igualado a puntos con el puesto 16 de un total de 163 niños, haciendo tablas con el campeón de España 2017 y sacando 6 puntos de 9. Me temo, amable lector, que esto no ha hecho más que empezar. Una de las victorias que más disfrutó en tantos días de partidas fue contra un niño catalán que se llamaba Gérard que tenía 1.485 de Elo. La clasificación Elo es la que cataloga a los ajedrecistas: es internacional y se va componiendo automáticamente según los resultados de las partidas que van jugando en los distintos torneos. Todo queda registrado. 


Mi hijo era algo más joven que Gérard, pero en la misma categoría de edad, y tenía 1.230 de Elo antes de esa partida y jugaba con negras. Toda la lógica llevaba a pensar que Gérard ganaría a Iván. Pero no fue así. Fue una partida de más de tres horas por la tarde, tras haber jugado por la mañana. Ganó mi hijo. El resultado supuso para mi hijo el incremento de 26 puntos de Elo en el ranking internacional al haber ganado a alguien, a priori, más potente. Para Gérard lógicamente supone la bajada en esos mismos puntos, aproximadamente. Tampoco conozco exactamente los algoritmos de cálculo que utilizan. En conjunto, y dadas todas las partidas que ha ganado ha incrementado su Elo a 1330. 

Le pregunté a mi hijo, al hablar con él de noche,  si tras darle la mano a Gérard le preguntó si era del Barca, o si hablaron de fútbol, porque toda esta temporada con ambiente de Mundial, se prestaba a ello y a mi hijo le gusta muchísimo el fútbol. 
Y me contestó: "¿Qué dices mamá? Por supuesto que no. Esto es serio. Es un campeonato de ajedrez". Gérad lloró un poco pero luego lo superó, con ayuda de su madre. A dos niños andaluces que también "machacó" literalmente y en partidas más breves, les entró un disgusto tremendo. Sobre todo a uno de ellos. Iván el Terrible jamás llora si pierde. Un tipo duro. Tiene a quien salir. En una ocasión, con 7 años, lloró un poco porque había sido una partida muy larga contra una niña bastante mayor que él y estuvo a punto de ganar pero finalmente perdió. Su padre lo llevó aparte y habló un buen rato con él. No ha vuelto a llorar. Tiene cara de ángel pero se le está fabricando como un tipo duro. 

Cuando colgué el teléfono, tras la respuesta de mi hijo respecto al fútbol y el ajedrez, grité dos cosas en la soledad de mi casa sin vecinos y doble acristalamiento: 

"Que viva Borges y gracias Dios mío por existir"



Por otro lado, su actuación en el Campeonato Nacional de Ajedrez ha merecido el debido reconocimiento en la página oficial del Real Grupo de Cultura Covadonga de Gijón, por el cual está federado. 

https://www.rgcc.es/actualidad/noticias_deportivas/SitePages/Noticia.aspx?noticiaID=5440




¿Se me toca que se me cae la baba, verdad?