Recuerdo que aprendí a maquillarme mirando a mi señora madre que lo hacía requetebien. Mis amigas, alguna de ellas, tuvo que ir a uno de esos cursillos que se daban en la sección de cosméticos del Corte Inglés porque su madre no lo sabía hacer. Ahora, las chicas tienen esa ventana al mundo que es internet y que se lo cuenta todo. Hasta lo que no tiene que contar.
Mi niña aún no tiene edad para hacerlo pero en interior ya me va dejando claro que lo sabe hacer perfectamente y que sabe más que yo. El otro día se me descolgó con un "mami, te ha quedado muy bien el contouring". Y en jerga inglesa se lo saben. Nacen en este mundo digital.
