lunes, 29 de noviembre de 2021

Las caras de Bélmez

Entré en la habitación matrimonial para hacer la cama y me encontré con esto reflejado en la pared color chocolate. No era una de las caras de Bélmez. Llamé a los niños para que lo vieran. La pequeña se asustó un poquito. Luego llegó su padre. "Todo tiene una explicación científica", dijo. Entraba el sol, reflejaba en el despertador  y luego a su vez en la lámpara blanca y ¡¡bingo!! 

Mi empleada de hogar un día me preguntó "¿te gustan mucho los budas, verdad Susana?". Y yo dije: pues no, la verdad. Pero le gustan a mi esposo. Mi frase más habitual en convivencia es: "lo que tú quieras". Y como para mí solo hay dos o tres cosas importantes, pues todo lo demás, lo que tú quieras. Es un bálsamo, la verdad. Funciona bien: a mí porque no me importa demasiado y a quien le importa porque se sale con la suya. Excepto en lo poco que es muy importante para mí, y salvo alguna pequeña excepción, solemos coincidir. Hay que hacer la vida fácil. Las complicaciones ya vienen solas y desde fuera ¿verdad? 

O un día vas a una revisión protocolaria y te dicen que la complicación la tienes dentro. Como para pelearse por un par de budas...o una docena que tendré por casa.